Banderas azules, gloria de las playas

Uno de los aspectos que puntúan son los servicios y siempre se ha mirado con lupa que tengan duchas y lavapiés

A muchos gaditanos y gaditanas les importa poco que se pierdan dos o tres hoteles por el camino de la burocracia. Pero se formaría la marimorena si se perdiera una bandera azul de nuestras playas. Eso lo debe tener claro el alcalde Bruno, como así sucede con sus compañeros munícipes del litoral gaditano. Por eso, es una buena noticia que hayan mantenido 30 banderas azules en la costa provincial, aunque se quedan como estaban, con la excepción de Tres Piedras en Chipiona, que ha perdido su bandera, como se perdió el barco del arroz. En la capital gaditana no se ha perdido ninguna, se han mantenido las cuatro; Cortadura, La Victoria, Santa María del Mar y La Caleta. Se han mantenido, de momento, pues ya veremos el año que viene.

La gente no sé si tiene suficiente memoria histórica para recordar el llanto y crujir de dientes cuando se perdió la bandera azul de la Caleta. Tantos pasodobles y tangos que se cantan en el Carnaval, para luego dar el cante con la bandera azul. Y no crean que fue para poner una bandera roja, como les gustaría a los de AIG, sino por la deficiente calidad de las aguas marinas. Recuerdo la publicación de una carta al director en el Diario, donde se denunciaba la aparición de mojones flotantes (con perdón por el realismo mágico), y eso es peor que la aparición de un escuadrón de medusas. Fue subsanado. La bandera azul volvió a ondear en la Caleta. Y allí permanecerá, como en Santa María del Mar, La Victoria y Cortadura.

Pero cada una de estas playas tiene sus cositas. Los que conceden las banderas se fijan en todo. Han premiado a las playas chiclaneras de La Barrosa y Sancti Petri por la accesibilidad y asistencia para el baño a las personas con movilidad reducida. Y a la playa isleña de Camposoto la han distinguido por el socorrismo. Los vigilantes y las vigilantas de Camposoto pueden presumir de ser de película, atentos siempre al panorama, por lo que pueda pasar.

A las cuatro playas de la capital gaditana les han dado una bandera para cada una. Nada más y nada menos. Veremos lo que sucederá el año próximo. Lo advierto. Porque uno de los aspectos que puntúan son los servicios. Y siempre se ha mirado con lupa que tuvieran duchas y lavapiés. Pero si no los hay, a pesar de las lluvias en Grazalema, vamos a ver si no se llevan un disgusto. Todavía están a tiempo. Atención también a la playa canina de Torregorda, con sus límites colindantes.

Las banderas azules no son para toda la vida. Hay que ganarlas partido a partido, verano a verano. Limpiando bien y sin miedo a perder.

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