Alcalde Valls

Rivera pone humor a esta agria realidad nuestra de cada día. Y alegra el cotarro, crispado de pitos y de flautas

Tengo una muy querida amiga en París, catedrática de Lengua española y Literatura en la Universidad de la Sorbona. Sus padres fueron unos muy modestos emigrantes andaluces de Jerez, de Andújar. Francia se lo permitió y ella puso una voluntad de acero, un esfuerzo tremendo. Fue también el caso de nuestra paisana Ana Hidalgo, que algunas veces se firma Anne, la actual alcaldesa de Paris. Es el caso de Manuel Valls, más o menos. Que ha llegado a lo más lejos, a presidir el Consejo de Ministros de la República. Tres españoles en París. Definitivamente franceses y profundamente españoles. Sé lo que me digo en dos de los casos: hicieron realidad antes de que se estableciera una unión europea el espacio común que es Europa. ¿Se es donde se nace como una condena? Dos vectores se pelean siempre en estos casos que me traen al recuerdo los tres hermosos versos del gran Antonio Machado: "Mi corazón está donde ha nacido, no a la vida, al amor, cerca del Duero... ¡El muro blanco y el ciprés erguido!" El nacionalismo -político o no- es muy dado a señalar a la gente por el lugar de nacimiento. Leo en estos días de reposo Patria, la famosa novela de Fernando Aramburu, que está salpicada de "estos no son de aquí". En Francia llegan a primeros ministros, alcaldesa de la primera ciudad de la Nación y a catedrática de una de las más prestigiosas universidades del mundo. Es lo que tiene. Sin embargo aquí, el sólo anuncio de la posibilidad de, además de haber dejado perplejo a más de medio país, ha provocado un alud de críticas y descalificaciones que hablan muy expresivamente de lo que ha significado el golpe de audacia de Albert Rivera y sus Ciudadanos, ofrecer al ex primer ministro de Francia, Manuel Valls, encabezar la candidatura de Cs en Barcelona. Casi facha le han llamado, si no se lo han llamado. Cuando toda su vida política la ha hecho en el Partido Socialista francés. Algo me dice que la audacia no va a pasar de eso, de audacia, aunque cuente con la aquiescencia de Valls, o sea, que no, que nada, pero por si acaso se han quedado todos con los pies colgando. El ex alcalde Trías, el que no tenía dinero en Suiza, o sí, ya no recuerdo, con un discurso realmente patético y tartamudo. Rivera pone humor a esta agria realidad nuestra de cada día. Y alegra el cotarro, crispado de pitos y de flautas. ¿Se construirá así, con alardes como el de Rivera, la Europa compartida, el espacio europeo? Manuel Valls es una excusa, un papel en la comedia, poco más.

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