El último momento

Llega el 1 de septiembre y aflorarán las depresiones de la gente que vuelve al trabajo y la que va a ver la entrevista de Pepa Bueno a Pedro Sánchez. Será una entrevista a todas luces dura, en la que la combativa periodista le sacará los colores por la falta de coordinación y respuesta con la Dana, los incendios y con Mazón. Es lo que pasa cuando uno está de gira internacional, la teoría de la manta: si tiras para arriba, dejas los pies al aire.

En fin, no recuerdo ahora bien cual es el blue day, ese día que se considera el más triste y deprimente del año, aunque poco debe quedar para alcanzarlo. Las temperaturas van a bajar, aunque luego subirán y volverán a bajar y a subir; las noches llegarán antes, acortando nuestras tardes, y volveremos a ver las caras de nuestros jefes, los compañeros de trabajo, los de la clase. Eso nos dará cierta alegría, aunque es un espejismo: lo que nos gusta realmente es no hacer nada, tirarnos en la arena de la playa a mirar el oleaje y las gaviotas, posarnos en una tumbona a pie de barbacoa, nadar como ballena o como sirena en las aguas cloradas de una piscina con fondo de azulejos.

Vuelve la rutina, el español a su trabajo y sus hijos al aula. Comienzan las extraescolares a ritmo machacón y los domingos vuelven a su podredumbre habitual. Es bueno tener rutinas, sobre todo si vas al gimnasio con asiduidad. Es probable que adelgacemos, hayamos pedido cita con el dietista o no, tan solo con evitar la ingesta diaria de helados de macadamia y caramelo, o de pistacho dulce o salado. También vuelven los dolores articulares, las tendinitis, los esguinces, todo aquello que provoca hacer deporte. Cómo olvidar aquella célebre frase de que el deporte era perjudicial para la salud humana. Toda la razón, pero, ¿qué podemos hacer?

Hoy el presidente Sánchez nos hablará de la necesidad de adaptarnos al cambio climático y responder con rapidez y efectividad, y lleva razón. Ojalá hubiera respondido las aguerridas preguntas de Pepa Bueno hace tres meses, pero bueno, así son las cosas de las agendas apretadas.

Mientras, Núñez Feijóo se pasea por Galicia con camisa oscura de manga larga. Se puso lentillas para parecer más joven y su atuendo le acompaña, pero sigue siendo igual de vejete que antes. Bajo su mando, el PP parece ir siempre a rebufo. A ver qué resultado obtiene en la próxima encuesta de intención de voto y si solazan con ella. Apuesto a que sí. Porque septiembre es un mes complicado, verano, pero a medias, laboralmente intenso. Clima cálido, noches fresquitas. Ellos viven en una eterna sensación de guateque, como si mearan colonia. Pero la realidad es otra, tanto para unos como para otros: si quieres obtener un buen resultado, hay que trabajar todos los días, no dejarlo todo para el final, para el último momento.