Fiestas Todas las ferias en la provincia de Cádiz para este mayo de 2024

Análisis

Jesús Miguel Seoane Sepúlveda

El poeta del pueblo está llorando

El poeta del pueblo está llorando… Tú no llores Paco Alba, y dentro de tu alma ahoga las penas de las maldades que hay en la vida…

Así te dirigías al Brujo, querido Pedro, en tus inmortales ‘Payos y gitanos’, cuando maltrataban su busto. Eras la voz de los sin voz y denunciabas lo que socialmente era intolerable e inhumano en un período en el que era delicado hacerlo. Junto con tu gran amigo Antonio Martín, erais, en la época final del franquismo y durante la transición política, los grandes poetas de la libertad. Esa libertad que quedó marcada y consagrada en el año 1977 con las magistrales obras ‘Los mandingos’ de Antonio y ‘Nuestra Andalucía’, cuya autoría era de Aurelio del Real y tuya.

El pasado 9 de marzo del presente te recordaba en este medio, tras cumplirse una década de tu marcha, y el mismo diario resaltaba en mayúsculas lo que yo expresaba desde mi interior: La Tacita está en deuda con este chiquillo travieso y rebelde…

Desde luego que lo está y lo ha estado siempre. No se te ha tratado como merecías, ni en vida ni ahora que estás ausente. ¡Nos hemos olvidado completamente de ti! Y eso no es justo, pues en la vida hay que ser agradecido.

Por ello, te habíamos preparado un cariñoso homenaje, mediante una petición formal a las autoridades competentes, para la próxima Gran Final del COAC. Petición que entró en la Casa Consistorial antes de que se discutiera si en la final había que suprimir o no los homenajes. Ahora, al parecer, es demasiado tarde para que se te pueda inmortalizar en tan señalado lugar y día. Este homenaje tiene que ser, por supuesto, al abrir la Final y no en otro momento. No es cuestión de que sea un agravio comparativo con años anteriores, que lo es, es simplemente cuestión de que la manera de que todos te recordemos es empezando tan majestuosa función con tus coplas, para deleite, tanto de toda Andalucía, a la que defendías cuando estaba sola y desamparada, como de todos los fervorosos a esta hermosa fiesta. No es un favor, es un derecho más que adquirido a tenor de tu trayectoria sin igual. Las normas, y más aplicadas a posteriori, no pueden regir a quien es inmortal, como decía Antonio Martín en sus ‘Encajebolillos’, pues lo que nace inmortal no hay leyes que lo sometan.

Tu estrella, que yace delante del GTF junto con la de los mejores copleros de la historia, está deslucida y no brilla con la luz propia con la que tú siempre brillaste. Esto no podemos permitirlo. No pueden negarte este homenaje a tu memoria que además iba a venir acompañado de un tributo a todos los que siempre estuvieron contigo, tanto poniendo voz a tus coplas como en la rivalidad. Antonio Martín te iba a presentar y recordar vuestras batallas de cada año y te iba a dedicar, acompañado en el piano por su hija Amparo, una copla inédita en el templo de los ladrillos coloraos. Como inédita iba a ser también la copla que Amanda, hija de Aurelio del Real, iba a dedicarte en nombre y memoria de su padre y que también recordaría en tan insigne lugar y día a quien fuera el músico de muchas de tus mejores obras.

Igualmente, íbamos a tener el privilegio de que en este acto participaran algunos de los que fueron bastiones de tus comparsas en aquel entonces como Purri, Silva y Galleguito, entre otros, junto con muchos de los hijos del grupo de ‘Nuestra Andalucía’, así como directores y componentes de otras de tus agrupaciones como Juanelo, Fali Mosquera y Paquichi. Pero las nuevas normas de no alargar una final, que ya de por sí, y no es nada nuevo, es muy larga, lo impiden. Es indigno e incalificable. ¡Se nos debería de caer a todos la cara de vergüenza!

Y termino este escrito de la manera en la que tú lo hacías en tu colosal copla a Paco Alba; implorando a esa esperanza que los seres humanos debemos tener siempre.

Todos los monumentos, murmuran en voz baja, y te dicen con pena que hay almas buenas no llores más…Pedro Romero…

Querido Pedro: aboguemos por que finalmente impere la cordura, la sensibilidad y el sentido común. La conciencia del pueblo no debe callar.

¡Un fuerte abrazo a la gloria, amigo mío!

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