
Puente de Ureña
Rafael Duarte
Gándaras y Gándaros
Por las mañanas, cuando llego a mi casa, me siento, cojo el Diario de Cádiz y me pongo a leerlo página a página. Cuando llego a las páginas que hablan de la guerra de Palestina, me da tanto coraje que me las salto y me voy a Deportes. Últimamente también he estado leyendo en la revista de Nacional Geografic los Evangelios y, en concreto en ellos, la historia de Jesucristo. Os digo que siento cada vez más una admiración enorme por Jesucristo, porque fue lo nunca visto, lo mejor de la historia de la Humanidad, con los pobres, con los tullidos, con los más desgraciados. Curiosamente, a los únicos que criticaba era a los mandamases judíos y romanos.
Noticias de hoy: Más de 36.000 personas muertas y 80.000 heridas en Palestina. Israel bombardea medio centenar de objetivos en Gaza. Y para qué seguir, niños en los colegios, enfermos en los hospitales...
Bueno, pues el asunto de Palestina, Jordania, Gaza e Israel me trae por la calle de la Amargura. Parece mentira entera que no se pongan de acuerdo y terminen de una puñetera vez de ponerse de acuerdo y consigan la paz. Últimamente decía Diario de Cádiz: “España y Palestina llevarán a la ONU activar masivamente la ayuda a Gaza” Ese comentario y otros parecidos son más de lo mismo y nunca termina el cuento.
Yo sueño, mis sueños son fantásticos, que Jesucristo estuviera aún vivo y recorriendo aquellas tierras. Es el colmo. ¿Cómo pueden no estar de acuerdo en dividir el territorio y acabar para siempre con los conflictos? Verdaderamente parece un maleficio que les ha caído encima. Quien estuviera fuera de la Tierra, por ejemplo en otro planeta, y viera lo que aquí pasa, entendería de súbito cuál es la solución.
O quizás este maleficio debe ser eterno hasta la consumición de los tiempos o bien que al cabo de los siglos llegará a la Tierra un personaje todopoderoso que pusiera paz y orden. Es que no se puede comprender cómo un territorio como aquel con su costa, su lago, sus montañas, sus llanuras... no se pueda repartir. Palestina, el Lago, Gaza, Jerusalén, Jordania y hasta Nazaret.
Por otra parte, pienso que todo esto es la suma de muchas condiciones. La soberbia, el orgullo, la chulería, la vanagloria, el creerse indispensable, ser el más guapo e importante o inteligente… Todas son cualidades del político ególatra y soberbio que piensa que solo él es capaz de mandar, gobernar y dirigir una Estado. Ustedes piensan, de seguro, que eso mismo pasa en otras partes y, sin ir más lejos, en nuestra propia España, que es un caos y tiene políticos que se creen que llevan el timón del arca de Noé tras el diluvio universal.
Hay quien piensa que Dios ha permitido tanta tragedia para al fin de los tiempos, mandar de nuevo un mesías que ponga firme a todos y unifique el conglomerado de naciones. Porque ni la Nato ni la ONU ni la Sociedad de Naciones ni la UE ni la Media Luna Roja han sido capaces de arreglar este gazpacho.
P.D. ¿Lo soñamos, lo pedimos, lo añoramos, lo suplicamos, lo imaginamos? Toda esto está muy bien, pero mientras en estos países mueren como chinches los niños, los enfermos y las mujeres solitarias. Sé que estoy tarumba y pienso fantasías, pero es mejor soñar, ya que no puedo hacer otra cosa sino ver y ver como se tiran los penaltis.
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