Ferias y libros

25 de junio 2025 - 08:11

Y lo digo porque contar el pasado no sirve para nada. Y no sé cómo ahora, en que todos coinciden con la llamada época de la agresividad, parece penarse el buen rollo de algunos con el mal rollo de otros. Y La Isla encima, de espaldas al mar, la magdalena rota, el caño de la playa sin vida, sin museos, me dicen que sin archivo visitable…etc.

Las Ferias del Libro en La Isla, doy testimonio porque las organicé, eran, como dice Paco Bozano, multitudinarias. La diversidad de precios era tan abundante como la escala que iba desde libros de saldo a las últimas novedades. A lo mejor porque Salvador Pina traía todo lo que podía de colecciones descatalogadas y, además, como invitado aportaba la novedad de Libros Raimundo, el anticuario de Cádiz, al que acudimos todavía para adquirir libros, postales, ediciones localistas…

La feria del libro rodeaba el contorno de la Alameda. En el centro se ubicaban góndolas de libros equivalentes a cincuenta céntimos de euro, renovándose sus contenidos diariamente, lo que aportaba un aire de rebusca y rastro a la oferta del libro, que para eso era su feria.

Presentábamos libros diariamente en la misma feria, con retransmisión en directo por Radio La Isla, de las mismas o tertulias literarias con la participación de los escritores isleños, citados desde la Fundación de Cultura, donde tanto Isabel González, como Manolo Mendoza, daban su entusiasmo y trabajo al desarrollo del evento.

Calles de la alameda con sus rótulos, dando durante los días de la misma, nombre de escritores al recinto. Calles de José Carlos Fernández, de María Sánchez, de Soledad Lozano, de Pérez Casaúx, de Juan Mena, Enrique Montiel, Gabriel González Camoyano, Maite Martínez, Pepe Cervera, Berraquero Miril, Germán Caos…La megafonía ambiente, cada vez que un escritor entraba en el recinto, daba cuenta de su estancia en la feria, por si alguien quería demandarle una firma o unas palabras. A todos, y sé lo que me digo, sin acritud y con reconocimiento.

Talleres de escritura para los colegios. Los niños siempre como base de la feria, pensando en su futuro. Pregón de inauguración, hasta Juan Lobón, Juan Perea, sí, el que demandó a Televisión Española por cómo trató al libro en su serie, que costó mil millones de pesetas. Sí, el ser que dio vida al personaje de Berenguer, inauguró la dedicada al escritor isleño. Hasta Fernando Quiñones estaba en la Feria en el expositor de la Librería Manuel de Falla, firmando libros.

Las ruedas de prensa de valoración las daba personalmente el alcalde, dada la asistencia de público y el volumen de ventas. En la hemeroteca de este Diario de Cádiz, se encuentran esas crónicas, esas fotos de Enrique Rioja, esa afición al libro que llenaba la Alameda, y donde también viejos e isleños escritores eran homenajeados.

El apagón de los sentidos lo pregonó Blaise Pascal, tan progre, que definió estos tiempos: "Sólo conviene la mediocridad. Esto lo ha establecido la pluralidad, y muerde a cualquiera que se escapa de ella por alguna parte".

Nihil novi nisi commune consensu, no hay nada de nuevo sin el consenso de todos, que ya dijeran en el Renacimiento

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