Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

Una imagen de la antiestética estructura instalada en el Club Náutico.

Una imagen de la antiestética estructura instalada en el Club Náutico.

No se entiende por anacrónico que el Ayuntamiento de El Puerto esté intentando revitalizar con cargo a los fondos EDUSI la margen derecha del río Guadalete a través del nuevo Paseo Fluvial, y por contra, la Autoridad Portuaria como si con ella no fuera la cosa, esté permitiendo aberraciones contra natura dentro de las instalaciones del Real Club Náutico.

De la noche a la mañana han aparecido unos tinglados más acordes con un polígono industrial que con una zona que se ha de alimentar, entre otras cuestiones paisajísticas, deportivas, recreativas y de esparcimiento, de la brisa ribereña de nuestro río. Los cabezas pensantes de la APBC han permitido la instalación de un mamotreto más parecido a una nave de fabricación de lavadoras que a una instalación deportiva para jugar al pádel en el último tramo fluvial previsto junto al arranque del Paseo José Luis Tejada.

Cualquiera que lo vea se preguntará si estamos bien del magín, o qué. Si precisamente lo que se pretende es poner en valor nuestro río, nuestra ribera, abrir la ciudad a nuestra calle Larga marítima, ¿cómo se permite instalar un bodrio de plástico de color metálico que lo primero que consigue es contaminar el espacio visual del entorno? Que se lo digan si no a los vecinos de las casas conocidas popularmente de los maestros, a los que el río les ha desaparecido prácticamente de la vista por un antojito portuario. Curiosamente la citada instalación ocupa incluso una parte de lo que se supone será el Paseo Fluvial que ha de remodelar la UTE adjudicataria.

No sé qué tipo de licitación pública habrá ganado el concesionario de la misma, y ni tan siquiera sé si ha sido así la cosa. No sé tampoco qué tipo de documentación es la necesaria para levantar algo así en la misma ribera de un río. Y ni tan siquiera sé qué departamento municipal ha dado por bueno junto con la Autoridad Portuaria el levantamiento de ese engendro que nos avergüenza a tantos. Lo que sí sé es que para jugar al pádel no es necesario tanto dislate. Cualquiera que nos visite y vea eso, puede pensar que vivimos rodeados de enemigos. Quítenlo y practiquen deporte al aire libre, al menos al lado del río del Olvido.

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