Los derechos torcidos

En apenas unos días comenzarán los pomposos discursos institucionales sobre la Constitución: unos ensalzando sus logros y validez y otros pidiendo su jubilación y su sustitución por un nuevo texto. En medio de ese debate generalmente sesgado y muy interesado por las dos partes, se olvida que esta Constitución es la norma fundamental por la que debe regirse el funcionamiento del Estado y la convivencia social. Y así, mientras siga vigente lo estará también, por ejemplo, el artículo 47: “Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada”. Y añade: “Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación”. Una democracia no se puede permitir el lujo de retorcer los derechos para beneficio de unos pocos.