Análisis

Antonio Morillo Crespo

La crueldad y la bondad

23 de octubre 2025 - 03:04

¿por qué haciendo Dios al hombre libre y con su pareja Eva, al cabo del tiempo se vuelve cruel? La crueldad no es sólo matar con saña y coraje, es más, mucho más. Y desgraciadamente anida en el corazón del homo sapiens. A veces queda latente y no aflora, permaneciendo como dormida y silenciosa. Pero llegado el caso, se manifiesta con una rotundidad que da miedo y espanto.

No pienses, amigo mío, que estoy escribiendo de memoria, solo acordándome de los que, tras una guerra, los triunfadores descuartizaban al enemigo vencido. A veces cuando terminaba el combate, habían quedado mil o novecientos soldados entre los vencidos y los ganadores tenían que optar por mantenerlos, darles de comer y asistencia; pero no, optaban por matarlos uno a uno o, en todo caso, córtales una mano para que no pudieran guerrear más. Esto no me lo he inventado yo, lo he leído en crónicas históricas reales. Y si era el caso de una sola persona, para eliminarla le cortaban el cuello o la ahorcaban, exponiendo la cabeza en un sitio público para escarmiento. Y santas pascuas.

Hoy día la crueldad va de otras formas. Reciente tenemos los bombardeos en Ucrania o en Gaza, sin importarles la matanza de niños, mayores, mujeres y hombres. Y si hay escuelas u hospitales, pues como si no los haya. Les importa un bledo. Viendo las imágenes en televisión se queda uno conmocionado ante tanto desastre, tanta maldad y tanta mala leche. Es horrible.

Pero no sólo ocurre o se manifiesta en guerras, también en la vida ordinaria entre unos y otros. Desgraciadamente todos podemos tener un germen de crueldad. Y a eso voy. Cuando le tengas inquina a una persona; cuando te caiga mal alguno; cuando nada más ver a tu vecino se te antoje que le pille un toro; cuando ves que castigan a alguien y disfrutas con ello pensando que poco es , que deberían darle más caña; cuando incluso cambias de acera para no darte de cara con quien te llevas mal; cuando te dan ganas de humillar al que te lleva la contraria...

Cuando te alegras de que se ha caído y roto una pierna; cuando te enteras que por fin tu vecino se ha ido al otro barrio, se ha muerto. Es poner música estridente para que el vecino no duerma. Es no dejarle la acera al cojo. Es reírse, insultar y hasta pegar a un chaval.

¿Y la bondad? A veces surge sin darte cuenta y se manifiesta de mil maneras. Comprarle un cupón al vendedor de la ONCE, que bastante desgracia tiene. Dar compañía a una persona que siempre está más sola que la una. Visitar a un enfermo del que nadie se acuerda y sufre la enfermedad peor que existe, la soledad.

P.D. ¿Y si hoy tras leer mi artículo te da por demostrar tu oculta bondad a la persona de tu entorno a quien nadie habla, ni siquiera mira? De todas maneras piensa y razona si alguna vez has sido cruel. Y te da por compensarlo con una buena acción o un buen detalle. Sería magnífico.

stats