Con Cervantes, sin Cervantes… leer o no leer

Puente de Ureña

Algunas veces, leo el Quijote en el campo. Árboles, ramas, hojarascas, y el perturbador sonido de los batanes, me invaden, me serenan, me río con la risa sana que Don Miguel buscaba… Pero en medio, estamos los llamados cervantistas, que, un chi lo sá, nos ¿despreciamos, ninguneamos, insultamos? De cuando en vez y de vez en cuando. En la página 361 de las vidas de Cervantes, de Andrés Trapiello, de Austral, leo: donde el gran Francisco Rico tiene cátedra de magia, ya que puede preparar una edición crítica del Quijote, sin habérselo leído…El mayor Cervantista, autor de Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha, Edición de Castilla-La Mancha, al cuidado de F.R., Toledo, 2004, y Edición del IV Centenario, publicada por la Real Academia Española, Madrid, Alfaguara, 2004 y 2015. ¿Sin haberlo leído?

A estas alturas de mi película personal, ya no creo nada ni posible ni imposible.

Sobre leer o no el Quijote, recuerdo que en el verano de 2015, el doctor Rico publicó una reflexión irreverente a una encuesta del CIS que afirmaba que uno de cada cinco españoles había leído el Quijote. El Quijote es un libro ideal para acometerlo fragmentariamente, porque lo hace posible que sus protagonistas y los grandes rasgos de su trama son generalmente conocidos. Muchos de sus lectores y relectores proceden de esa manera…

Por motivos de estudio, decían muchos que lo tuvieron que leer obligatoriamente, en el colegio o en el instituto. De leyenda urbana calificaba el profesor Rico este aserto. Pero yo lo leí. ¿Cómo no oírlo cuando el medio loco de letras, don Aniceto, concomitaba con él? Lo recuerdo recitándolo en voz alta, en una clase enloquecida. A lo mejor, como con Dulcinea, sólo estaba enamorado de oídas…

Si leemos los capítulos, como yo en el campo, árboles, ramas hojarascas, aves, disfrutaremos no sólo de la presunta risueñidad, sino de sus consejos, opiniones, pensamientos, limpios de polvo y paja, pero madurados en su edad y experiencia. Sólo el eco de Cervantes sobre su obra. Como debiera ser…

Cervantes, aplica sus razonamientos, adquirido en cárceles, penurias y Lepantos, de tal manera que parece entendernos a los de ahora… "Para ganar la voluntad del pueblo que gobiernas, entre otras has de hacer dos cosas: la una, ser bien criado con todos, aunque esto ya otra vez te lo he dicho; y la otra, procurar la abundancia de los mantenimientos, que no hay cosa que más fatigue el corazón de los pobres que la hambre y la carestía".

¿Por qué Trapiello ataca al "no siempre armónico universo de los cervantistas" desde la razón de la sinrazón que a su razón se hace?

Si Rico analiza los vectores de lectura en 2015, cuando la segunda parte del Quijote antecede a la muerte de su autor… Si, en ese momento, el 55 por ciento de los españoles no tenía noticia ni le importaba la celebración del 4º centenario de nuestra magna obra.

Hoy. El día del libro, con ingentes lecturas y trabajos del Quijote, el resto del tiempo no parece sino yesca de congresos, ideas propias sobre el cervantismo, y el resto un páramo desierto pero copado en sus extremos. Y mucha gente mayor, sin jóvenes, como no sean estudiantes obligados, en miríadas de actos. Como en los toros.

En el Evangelio, recuerdo la frase que decía, que los muertos entierren a sus muertos. Esa es mi España de Quijotes y gentes, emolientes o demolientes. Nihil novum sub sole.

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