El Alambique
Manolo Morillo
El trompeta
Muchos fuegos, mucho humo, mucha mala leche de los pirómanos y mucho chau chau y la casa sin barrer. El monte se quema porque antes tiene mucha hierba y mucho matorral alrededor de los árboles y cuando viene el fuego se pasa de árbol a árbol sin parar, porque el monte está plagado de hierbas y matorral.
Antes se permitían ganaderías, sobre todo cabras y también ovejas y vacas, pero sobre todo cabras y más cabras. Está prohibido ahora y el monte está lleno de malezas; ¿las cito? Pues ahí van: zulla, trébol, malva, amapola, almirón, lengua de vaca, serraja, enerdo, peo de lobo… Y añadir, cómo no, a los matorrales: jerjenes, carrascas, lentisco, jara, abulaga…
Pues los montes están cuajados de todos ello y rodeando a los árboles, de manera que cuando se inicia un fuego, se propaga fácilmente de un árbol a otro a través de las hierbas y los matorrales. Esto es sabido desde siempre, pero no sé por qué razón se impide eliminarlos y dejar el monte rodeado de peligros.
Pero sobre todo me refiero a las cabras. A ellas parece que les ha caído un maleficio, de tal manera que se usa su nombre para insultar de la manera más rotunda. Véase los vocablos cabrito, cabrón, cabroncete. ¿Qué habrá hecho la pobre cabra para que su nombre sea usado como apelativo injurioso? A este respecto cuento una anécdota sin citar nombres. Un señor muy señoreado se le ocurrió decir en público: ¿Qué ha dicho hoy el cabrón del cura en la homilía?. El cura se enteró de ello y fue a verlo y le dijo: Yo soy cura y como no tengo mujer no puedo ser cabrón, pero usted sí está casado y puede serlo. Ahí queda la cosa.
La cabra es usada desde la más remota antigüedad. Acabo de leer la historia de los sumerios, la civilización más antigua del mundo, antes que la misma griega (3.200 a. de JC.), entre el Tigris y el Éufrates. Y decía el texto, entre otras cosas, que usaban como animales la cabra y la oveja. Así que ya sabemos que la pobre cabra tiene hasta historia.
En una semana se han quemado en España 26.000 hectáreas en 14 incendios. Es para llorar. Pues hay que poner remedios. Y además de lo que dicen, usar el ganado para que paste en los montes eliminando las hierbas y los matorrales. Como se hizo siempre. Hasta hay que acordarse del viejo refrán: La cabra siempre tira al monte.
P.D. No me lo he inventado. Me lo cuentan ganaderos y técnicos forestales. ¿Quién tiene la culpa? Bueno, pues aparte de señalar a los culpables, poner remedio ya. Y que no salgan más fuegos en nuestros montes.
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