2026: ¿El año de las compañías medianas y pequeñas?
Veranillo de San Miguel y el jopo
“La legislación y las normas actuales mejoran y condicionan más justamente”
E STAMOS en él… tras el verano. Cuando vienen unos días, amagando el otoño, incluso lloviendo algo, más que nada una engañifa, que lo que hace es que con la poca agua se pierde “la otoñá”. Y después amanecen unas jornadas nuevamente con calor. Este es el veranillo de San Miguel, que pasa sin pena ni gloria, salvo en zonas agrícolas y en los pueblos con viejas costumbres. En primer lugar, porque es la época de las castañas. No es que el tiempo tenga “castañas” en su acepción de problemas, sino que el castaño produce sus frutos. A este respecto me cuentan una anécdota: el dueño del árbol era tan pícaro que las echaba todas en agua, de manera que flotaban las hueras y las buenas iban al fondo, las primeras las daba, las segundas para su bolso, el muy pillo.
Si ustedes miran el diccionario verán que jopo significa “cola de mucho pelo”. Y si miran en botánica, jopo es la raíz modificada de la Orobanche. Pero no se trata de esto sino de la tradición en las zonas agrícolas en este tiempo que consistía en el llamado jopo. Los guardas , los encargados principales de una finca , los asentados, en esos días prolongaban su empleo o les cortaban el jopo, es decir, que terminaban su contrato de una manera muy especial, ni más ni menos que no les hablaban y ellos entendían así simplemente que de no hablarles , significaba el fin del contrato y en consecuencia tenían que dejar la parada, la choza o cortijo y, cogiendo sus enseres y hasta el perro, se tenían que venir al pueblo en busca de un nuevo empleo. Yo no estoy alabando el tema, solo contándolo, porque la legislación y las normas actuales mejoran y condicionan más justamente las cosas.
La plaza del pueblo se llenaba de hombres como si fuera una exposición, y allí en filas heterogéneas esperaban que llegara un propietario o encargado a concertar el nuevo contrato. Tanto sueldo, la choza, anual una fanega de trigo, otra de garbanzos, etcétera. Mientras, en la Plazuela comiendo castañas y aguantando “castañas” de las otras.
Nosotros, ahora en estos días, disfrutando del veranillo de San Miguel. Unos días de calorcillo veraniego tardío, con la sola objeción de que refresque de pronto el tiempo y coger el primer resfriadillo del año, que nunca viene mal.
P.D .Como postre me entero de la nueva Ley de Protección de los Animales. He tenido perro toda mi vida y ahora también. Ni he tenido ni tengo curso de formación (capullada) y ‘Abenamar’, que así se llama, es mi amigo inseparable. Pero tampoco él está de acuerdo con algunas cosas de esta ley, sobre todo, tener prohibido estar en el patio o en la azotea o en el balcón; y resulta que él está en el sitio que los dos queremos, donde nos place. Y os aseguro que es mi mejor amigo.
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