Peatonalizar no es una tontería

España es diferente”, decía en inglés un mensaje publicitario del franquismo en la etapa de Manuel Fraga como ministro de Información. Desde entonces, este país ha luchado por zafarse de esta imagen de país anticuado, incapaz de evolucionar en todos los aspectos de la vida.

Hoy este eslogan afortunadamente está desfasado. Podemos compararnos con los países más avanzados de Europa sin temor a quedar malparados. Por eso, ahora no podemos tomar decisiones que impliquen un paso atrás, o una ralentización en este proceso de modernización. Proceso que, de ejecutarse en tiempo y forma, nos favorece como sociedad.

Una de estas cuestiones gira alrededor de la movilidad urbana, de la apuesta del transporte público, la bicicleta y el peatón frente al vehículo privado. Forma parte de la lucha contra el cambio climático, pero también de la necesidad de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, especialmente de aquellos que viven en ciudades saturadas de coches contaminantes.

Aquí, en Cádiz, hemos dado pasos sustanciales en las últimas décadas. Nadie podría imaginarse, lo hemos repetido en más de una ocasión, la vuelta al tráfico a calles como Ancha, Columela, San Francisco, o plazas como Catedral, San Juan de Dios o España.

A pesar de estos avances, que no han quebrado la economía de nuestra ciudad y sí fortalecido su comercio y la imagen de Cádiz como una capital amable para vivir en ella o visitarla tranquilamente, aún quedan muchos pasos que dar.

El compromiso del nuevo gobierno municipal por sacar adelante la Zona de Baja Emisiones ahí está. Que se cumpla. Pero que su desarrollo no retrase operaciones tan relevantes como la de la avenida de Portugal, ni suponga pasos atrás como la de Veedor o la cada vez más urgentes necesidad de cerrar la peatonalización de la plaza del Mentidero.