Análisis

manuel pérez fabra

Bombones amargos de la vida

Conocí a Juanma Ramírez de la Cruz hace ocho años. Era un chaval de 21 años, el hijo de Clemen, una compañera de la Universidad de Cádiz, de quien me había dicho ella que era estudiante de Ciencias Empresariales y que estaba interesado en conocerme porque en aquella época yo era el responsable del partido UPyD en Cádiz y él estaba interesado en formar parte de "tan ambicioso proyecto", tal como él lo definía en un correo electrónico que me mandó. Contactamos e ingresó en el partido, se convirtió en un joven colaborador de UPyD con el que tuve muchas charlas sobre política y que llegó a formar parte del Consejo Local que yo dirigía. Las circunstancias del destino, la falta de oportunidades para los jóvenes en esta zona y su afán por mejorar le llevaron a otros países europeos donde me constaba que amplió estudios y empezó a orientar su futuro laboral. Le perdí la pista. Algunas referencias que me hacía su madre me mantenían informado. Andaba por Alemania trabajando. Y hace apenas dos semanas, la vida que es esa caja de bombones y que nunca sabes qué te va a tocar cada día, sobre todo sin son amargos, sorprendió a Clemen, a su familia y a los que le conocimos con el mazazo de la triste noticia del fallecimiento de Juanma de manera repentina en Munich.

Sirvan estas letras para recordar a este joven, que colaboró durante un tiempo conmigo y con el proyecto político en el que yo trabajé y que, por desgracia, nos dejó. Hoy viernes 28 de abril, a las 19.30 horas, en la iglesia de San Felipe Neri de Cádiz, se celebrará una misa por Juanma. Allí estaremos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios