¿La salvación es un niño?

Cómics

Los talentos de Darcy Van Poelgeest e Ian Bertram vuelven a unirse para crear una precuela de la exitosa Little Bird

Detalle de la ilustración de portada.
Detalle de la ilustración de portada.
José Luis Vidal

15 de junio 2025 - 08:00

Aquella chiquilla, menuda en estatura, respondía perfectamente a su nombre, pero cuando llegaba el momento de luchar, sus manos se convertían en letales garras, y con la velocidad y ferocidad de un águila imperial, diezmaba a sus enemigos…

Así, cumpliendo su venganza, logró tumbar al Obispo y sus oscuros planes”.

Pero esta historia ya fue narrada, la saga de Little Bird. Ahora es el momento de conocer ciertos hechos que desembocaron en ese oscuro futuro, en el que el poder de la Iglesia era máximo, y con su inflexible puño, masacraba a aquellos que eran considerados rebeldes o impíos.

Demos un salto hacia atrás en el tiempo, treinta y cinco años exactos, para conocer a Maxwell Weaver, cazador de ‘modificados’, un tipo que vive en los bajos fondos de esta sociedad en la que la humanidad ha derivado hacia una serie de seres que han cambiado sus cuerpos, como el propio protagonista.

Un nuevo encargo le llega, sin saber que en el momento que se encuentre con lo que hay dentro de una especie de depósito contenedor, su existencia cambiará para siempre, ya que el chiquillo que este objeto oculta parece ser la llave que la iglesia de Los Doce necesita para lograr afianzar su poderío.

Pero esto no es todo, ya que Max tiene un bloqueo en su memoria, un espacio en blanco que le obsesiona. Y parece que el chico es la llave para que recupere esos recuerdos, por muy impactantes y dolorosos que puedan ser…

Arrebatado de sus manos, justo será en ese momento cuando comience la peripecia de Max, que contará con la ayuda de algún viejo amigo, como el orondo Jelly, un tipo al que conoce hace ya mucho tiempo y en el que confía plenamente. Él le dará una dirección y un nombre, el de una diseñadora, Chen, junto a la que va a vivir mil y una peligrosas peripecias en este peligroso mundo en el que no puedes fiarte de nadie, ya que los invisibles tentáculos de Los Discípulos de los Doce, encabezados por un terrorífico ser que representa físicamente su doctrina, llegan a todos los rincones, y nunca se puede saber quién es un fanático de sus creencias, dispuesto a hacer todo, hasta lo más letal, por llevar a cabo sus planes.

Serán varios los personajes con los que Max que va a topar en el camino. Para todos y todas los que en su momento pudisteis disfrutar de la exitosa Little Bird, reconoceréis a cierto tipo grandote, cuya piel le convierte en un arma casi imposible de parar, y que porta en su mano derecha el arma que le da nombre, un hacha. Con ella, su valor y el compromiso con los revolucionarios, peleará incansable contras las hordas de sirvientes de la Iglesia.

Y siempre a la sombra del horrible monstruo que lidera este culto, un hombre, un rostro conocido, cuya ambición le convierte en el personaje más peligroso de este relato, un obispo que hará todo lo que pueda para conseguir el poder. Y, como ya todos sabemos, lo conseguirá.

¿Qué se oculta en la niebla del pasado de Max? ¿Quién será capaz de desvelar lo que le ocurrió? Y finalmente, ¿cuál es el papel del misterioso niño al que todos persiguen?

Tal como sucedió como Little Bird, nos encontramos ante una increíble saga de ciencia ficción, que nos conduce a un mundo distópico, donde el dictatorial poder de la religión se ha convertido en un aterrador puño que delinea la existencia de las personas.

Pero si el argumento creado por el director de cine y guionista Darcy Van Poelgeest (Critical Role: Cuentos de Exandria) es ya de por sí totalmente adictivo, en el aspecto gráfico, este cómic es una auténtica maravilla que os hará estar en un constante estado de gozo visual, gracias al trabajo de Ian Bertram (House of penance…), que nos obliga a detenernos en todas y cada una de las viñetas que componen esta obra de arte del cómic.

Sus originales diseños, las escenas de acción, donde el tiempo parece detenerse. Todo, absolutamente todo es magistral en esta obra de arte que seguro que estará en la mayoría de quinielas y nominaciones de los más importantes premios dedicados al universo del Noveno Arte.

Una recomendación. Si no habéis leído Little Bird, corred hacia vuestra librería de confianza y empaparos de esta maravilla, también editada con acierto por Nuevo Nueve, ya que la lectura conjunta de esta y su precuela, Precious Metal, os va a sumergir en un absoluto y placentero síndrome de Sthendal del que, os aseguro, no vais a querer salir.

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