El primer trampantojo del Museo

La pinacoteca integra una obra restaurada del XVIII del pintor Franscico Gallardo.

Remedios Palma y los restauradores Pilar Morillo y Álvaro Domínguez, ante la obra restaurada.
Virginia León Cádiz

19 de mayo 2016 - 05:00

El Museo Provincial de Cádiz ya cuelga en las paredes de la galería de la sección de Bellas Artes su primer trampantojo. Una de las pocas piezas conocidas del pintor Francisco Gallardo, que fue donada hace un año por la familia Fernández Cano y recientemente restaurada de la mano de la Asociación Amigos del Museo.

Así celebra la pinacoteca el Día Internacional de los Museos, en una cita que contó con la presencia de la delegada provincial de Cultura, Remedios Palma, el director de la pinacoteca provincial, Juan Alonso de la Sierra, el presidente de Amigos del Museo, Pedro Fernández, y los restauradores de esta obra datada en 1720, Pilar Morillo y Álvaro Domínguez.

Algo más de un mes han tardado los expertos en devolver su esplendor a esta pintura cuyo autor de origen gaditano estuvo vinculado a los maestros sevillanos que cultivaban este género de gusto barroco, en el que el pintor trata de engañar la vista del espectador a través de la perspectiva y otros efectos.

En esta ocasión trató de pintar un dibujo del flamenco Otto Vaenius, maestro de Rubens, en el que se representa al dramaturgo griego Esquilo sin poder escaparse de su fatal destino, como si estuviera clavado en una madera. "Ha sido algo complicado porque tenía mucho repinte, pero muy bonito porque es un triunfo que se pueda disfrutar ahora de esta obra", explicó Pilar Morillo en el acto de presentación que tuvo lugar en el patio de la Casa Pinillos.

Como singularidad, explicó que a través de luz ultravioleta han podido distinguir una serie de letras que son ilegibles y todavía no han interpretado, y que han descubierto incluso la simbólica silueta también oculta de una avispa, en lo que podía haber sido a "un arrepentimiento" de su autor "pues no nos cuadraba en esta obra".

Hay que tener en cuenta el carácter simbólico de esta pintura en la que se narra que Delfos vaticinó a Esquilo que moriría aplastado por una casa. Para evitarlo se fue a vivir al campo y cuando más tranquilo estaba le sobrevoló un quebrantahuesos que le lanzó una tortuga. Todo esto sobre la inscripción en latín que viene a decir que todo está bien si estás bien, explicó el también restaurador Álvaro Domínguez, quien puntualizó "que sólo hay tres obras localizadas de Francisco Gallardo, dos en Sevilla y ésta de Cádiz", dijo de este autor cuya actividad en el Cádiz dieciochesco fue de gran importancia para el arte local.

Entre los principales problemas a los que se enfrentaron de cara a su reparación fue, aparte de los repintes de los bordes que camuflaban los bordes, las zonas degastadas debido a una abrasiva limpieza o a una incorrecta manipulación de los procesos de reentelado. Además, como consecuencia del paso del tiempo, se originó una pátina que amarilleó toda la pintura, siendo más apreciable en la estampa.

La delegada de Cultura, Remedios Palma , aplaludió la colaboración entre la ciudadanía y las instituciones públicas, al hilo de esta iniciativa de la Asociación Amigos del Museo, sin los que hubiera sido posible el acto de ayer.

Por su parte, Juan Alonso de la Sierra explicó que esta pieza pasará a formar parte de la colección permanente del Museo, agradeciendo la donación y el gran "logro que supone poner en valor esta obra. Deseamos que todos vengan a verla para celebrar el Día de los Museos".

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último