Hubo más calor en el ambiente que el jueves y también más calor entre el público. Sobre todo en el arranque de la segunda jornada, ayer, del Festival No sin Música. El muelle bailó de lo lindo de principio a fin en un espléndido comienzo comandado por los onubenses de Antílopez, que ejercen con orgullo como gaditanos adoptivos y que conectaron con el público desde el primer minuto. Un dúo y su banda que, evidentemente, merecen algo más que abrir el día a una hora tan calurosa como ayer fue las siete de la tarde.

Los incondicionales del No sin Música se hicieron ayer un pelín de rogar. Menos colas en los minutos previos, una entrada más escalonada porque muchos ya no tenían que hacerse con el salvoconducto en forma de pulsera que obtuvieron el primer día y todos, eso sí, como un clavo ante el escenario principal para seguir a Antílopez, que se metió al público en el bolsillo desde los primeros compases de Mientras, ese tema en el que se presentan como “cancionistas a los que les sobra mes al final del sueldo”.

El público disfruta con el ritmo de Antílopez y sus ocurrencias.

Fue una hora intensa de actuación, con doce temas que el público bailó y coreó de principio a fin, desde su Musa en paro busca poeta hasta Me disparas a matar o el ingenioso juego de palabras de Antivíctima. Y Prefiero, el tema que utilizaron para interactuar al máximo con el público al que hicieron cantar por grupos: según la marca de la vacuna contra el covid que habían recibido (Pfizer, Moderna, Janssen y AstraZeneca). “Ea, ya tenemos la pauta completa”, dijeron entre las carcajadas de los espectadores.

Tanto exprimieron su horario, ante unos seguidores que se quedaron sin duda con ganas de mucho más, que el final de su actuación casi se solapó con el comienzo, en el escenario opuesto, de Dry Martina, que comanda una alegre banda que ofreció seis canciones y cuyo primer tema pilló a buena parte de los asistentes partiendo del escenario principal a este destinado a los grupos emergentes y que permite escuchar, a un volumen menos agresivo (aunque ayer bajaron los decibelios del escenario principal), músicas y letras alternativas y, de momento, menos conocidas.

Así ocurrió con esta cantante “medio vasca”, como se definió, que viajó por diversos estilos con temas directos, sin dobleces, como Plan B, Ahora, Tú quieres mambo, He perdido el swing y Que te parta un rayo en dos, una contundente manera de curar el desamor con un mensaje nada encriptado: “Que te vaya peor que a España en Eurovisión” (“Este año no”, apostilló la cantante).

Concierto de Viva Suecia.

Y de los grupos más esperados de la noche, y también del festival, fue Viva Suecia. La elevada presentación de los murcianos en el escenario, con música religiosa de fondo, una vela proyectada y un repique final de campanas, fue contestada por un público enfervorecido que no dejó de moverse y de bailar con cada uno de los acordes de canciones como Los años, Casi todo, A dónde ir, La voz del presidente o su recientísimo El rey desnudo.

El segundo Día del No sin Música solo había empezado, pues por sus escenarios debían desfilar aún Flecha Valona, Los Planetas, Melifluo, Juanito Makandé y Lollypop.