"Entre otras muchas cosas, la verdad no requiere la menor explicación"
El intérprete malagueño será el encargado de cerrar esta noche el programa del X Festival de Música Española con un concierto en el Gran Teatro Falla donde presentará los temas de su último disco
El crooner andaluz ha pasado media vida en Madrid. Pero el crooner andaluz lleva el Sur dentro. Las expresiones, los giros y repuntes de su acento se filtran en su discurso rápido. El crooner andaluz habla muy rápido aunque afina cada término. Como andaluz, el maridaje de culturas lo lleva en los genes y se lo lleva, con soltura, al canto. El crooner del pueblo que canta con una verdad que no precisa de La menor explicación, como el título de su último disco, del tercer disco de Toni Zenet que esta noche actuará en el Gran Teatro Falla dentro del X Festival de Música Española.
-No es su primera vez en Cádiz pero sí en este teatro, ¿tiene ganas de Falla?
-Muchísimas. Es un teatro muy especial. En verano sí que he actuado en una fortaleza que tenéis allí cerquita del mar, un entorno maravilloso también pero tenía ganas de este teatro y, sobre todo, de ofrecerles nuestro último disco.
-Con 'Los mares de China' se descubrió, con 'Todas las calles' nos avisó de que venía para quedarse, ¿qué trae 'La menor explicación'?
-Pues yo sólo espero que le guste a la gente. Hemos seguido el mismo camino que veníamos haciendo con los discos anteriores. En este nos hemos metido a investigar con más profundidad armonías con las que hemos jugado, coqueteado, en trabajos anteriores. Los ritmos de Nueva Orleans, por ejemplo. Nos quedamos con las ganas de meternos más en el charleston que ya tocamos en Fue por casualidad. De hecho, de alguna manera, de ahí surge el Como será de este disco y el Sé que estás pensando en mí. Luego, también hemos querido recuperar el bolero. Bueno, aclarar para quien no nos conozca que no hacemos un bolero clásico, más bien, le buscamos un contrapunto. Realmente, nos pasa con todas las melodías. No hacemos tal cual las melodías clásicas pero sí trazamos evocaciones, aires, espumas, que se dice ahora en la cocina moderna. Es lo que hacemos con Provócame, donde el bolero se une con la armónica de Antonio Serrano.
-Maravillosos músicos que hay que cuidar.
-Estamos muy contentos de trabajar con tan buena gente. Tenemos también un buen combo cubano con Yelsi Heredia, Negrón y Alain Pérez, con quien nos hemos tirado a la piscina utilizando el bajo eléctrico en Lo que dura un parpadeo, ellos le dan un calorcito cubano que le aporta mucho. Este es uno de los temas más sorprendentes del disco, el menos zenetiano.
-El chotis tampoco se queda atrás...
-Sí, es cierto, el chotis... No es casualidad que el chotis venga del término scottish. En el fondo, cuando empiezas a canturrearlo (canta los primeros versos de Por debajo de Madrid) también recuerda mucho al ragtime y a ese tipo de armonías antiguas, del espíritu de cantantes como Billie Holiday... En cuanto a la letra pues es un homenaje que Javier Laguna, Taboada y yo queríamos hacerle a Madrid porque ninguno hemos nacido ahí pero, artísticamente, nos ha dado lo que tenemos.
-Laguna, Taboada, Zenet. ¿Cuál es el secreto del entendimiento de este triunvirato?
-Pues que nos conocemos desde hace mucho tiempo. Con Laguna pues, fíjate, desde Sur S.A. que, por cierto, con ese proyecto hicimos muchas cosas entre Cádiz y Zahara. La verdad es que tenemos un método que funciona bien donde primero tenemos la letra y luego la vamos vistiendo con el traje que pida. Cada letra tiene una medida, no es lo mismo una cuarteta con un octosílabo o un endecasílabo, que encajan en formas americanas, en las ramificaciones del blues o en cuartetas parecidas al flamenco. Y hay otras formaciones que ya las ves de venir más largas, que entran mejor en melodías alargadas como la bossa o el tango.
-¿El estudio también es una fiesta? Lo digo porque sé que le gusta la improvisación
-Es una fiesta pero con máxima concentración. Allí ocurren cosas maravillosas y tenemos que aprovechar la impronta del músico. Prácticamente grabamos como si fuera un concierto en directo aunque, claro, con varias cabinas. De hecho, trabajamos sin metrónomos, somos el club antimetrónomo.
-No me dirá que lo prefiere al escenario, ¿no?
-Es que son distintos... Para mí el estudio es como rodar una película y el escenario es como una obra de teatro. El estudio tiene de artesanal lo que tiene de artesanal el cine. Además, como a mí me gusta estar en todas las fases del disco, y es lo bueno que tiene una compañía como El Volcán, me siento parte también de la producción, el montaje... Y el montaje de un disco se parece mucho al montaje del cine. Y, bueno, el escenario tiene esa frescura del trabajo en las obras de teatro. Si a alguien se le olvida el pie pues hay que salir al paso, el nervio a flor de piel, el contacto con el público... Y, además, nosotros tenemos esa alfombra del jazz que nos hace tan libres. Hay cortes del disco que en directo pueden durar 7 o 8 minutos porque los músicos se ponen a improvisar. Es una improvisación pero con márgenes obligatorios, claro, sabemos cómo se abre, cómo se cierra y la parte central la dejamos como divertimento.
-Su imagen nos evoca al pasado, tiene mucho de nostálgica. ¿Es de los que piensan que cualquier tiempo pasado fue mejor?
-Que va, para nada. Pero sí creo que hay momentos en la historia del ser humano que han pasado demasiado rápido de moda. El surrealismo, por ejemplo, pasó rapidísimo aunque sí ha quedado su huella, sobre todo en el humor, bueno qué os voy a contar a los gaditanos que tenéis mucho de ese arte y de ese humor surrealista. Pues igual creo que ha pasado con las armonías, se ha pasado muy de puntillas por ciertas fases, hay ritmos que pasaron de moda en poco tiempo. Yo me he dado cuenta de eso, que esos géneros artísticos, armónicos y melódicos podemos recuperarlos con letras actuales, que es lo que intentamos hacer nosotros. En cuanto a mi imagen, bueno ya me encantaba ponerme el sombrerito, la camisa y la corbata aflojada cuando actuaba en el Café Central y, mira ahora, las tiendas se están hartando de vender sombreros.
-Con media vida en Madrid, ¿dónde lleva el Sur?
-El Sur va conmigo. Los que salimos hace tiempo de nuestra tierra, yo me vine a Madrid para estudiar Arte Dramático, tenemos que vivir con eso de que aquí (en Madrid) te llamen el andaluz, y en Málaga, que es de donde yo soy, te llamen el madrileño. Pero bueno ya te digo que al Sur lo llevo siempre conmigo además de hacer muchas visitas porque mi madre y mi familia están todos allí en Málaga. No falto en verano, ni en Semana Santa, ni en Navidad, aunque los que tenemos pareja y niños pues en Navidad nos tenemos que repartir... Ya sabes. Y, fíjate, en mi caso mi niño tienen familia de Málaga, de Bilbao y es nacido en Madrid. También, generalmente, algunos cantantes y actores que vivimos aquí nos vemos mucho en un lugar que se llama Taberna Sanlúcar que creo que es el único sitio en Madrid donde ponen ortiguillas.
-¿Qué no requiere la menor explicación?
-Pues, entre otras muchas cosas, creo que la verdad no requiere la menor explicación. Puedes darle muchas vueltas y puede haber muchos matices pero creo que si algo debe ser transparente es la verdad. Hay mucha gente que espera aún explicaciones en este país porque se les ha mentido. En este país la mentira no se pena. Creo que en eso deberíamos aprender de los países anglosajones, donde un político si miente presenta su dimisión. Aquí la mentira se ha acomodado en nuestras casas y no nos produce vergüenza.
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