Salvador Daza rescata la figura de López Barbadillo en el centenario de su muerte

Literatura

El historiador recupera en un libro muchos de sus artículos periodísticos

Nacido en Sanlúcar en 1876, la amplia producción literaria del escritor y periodista ha sido olvidada con el paso del tiempo

Fue fundador de la Asociación de la Prensa de Madrid

López Barbadillo, Rubén Darío y Jacinto Benavente, en el Ateneo de Madriden 1908.
López Barbadillo, Rubén Darío y Jacinto Benavente, en el Ateneo de Madriden 1908.
Redacción

08 de junio 2022 - 12:28

Cádiz/Joaquín López González Hontoria, más conocido en el ámbito literario como Joaquín López Barbadillo, nació en Sanlúcar de Barrameda en 1876, pero desarrolló la mayor parte de su carrera profesional en Madrid, donde desempeñó importantes puestos en el periodismo nacional y en diferentes tertulias literarias de su época. El historiador sanluqueño Salvador Daza, con motivo del centenario de su muerte, rescata del olvido el nombre de este interesante autor, desvelando por vez primera facetas desconocidas de su intensa vida. López Barbadillo había sido cubierto, como tantos otros escritores anteriores a la Guerra civil española, por las tinieblas de la desmemoria, la ignorancia y la injusticia literaria.

López Barbadillo dejó muchos escritos inéditos u olvidados que ahora se recuperan a través de esta publicación, aglutinando lo más importante y selecto de su producción escrita para diferentes cabeceras, tanto locales, en sus inicios, como de carácter nacional e internacional, en la cúspide de su carrera. Estos artículos reflejan una escritura vivaz, llena de agudeza y sentido crítico, cuya perspectiva sagaz nos ofrece una visión de la España de las dos primeras décadas del siglo XX en la que ocurrieron tantos acontecimientos importantes y decisivos, pero en la que miradas incisivas como las de Joaquín López Barbadillo resultaban siempre enriquecedoras y aún, a día de hoy, de plena actualidad y vigencia.

La edición de esta nueva obra corre a cargo de la Editorial Renacimiento de Sevilla, y la Fundación SGAE de Madrid y la Diputación de Cádiz han apoyado económicamente la nueva publicación.

Este ilustre escritor procedía de célebres familias arraigadas en Sanlúcar con negocios bodegueros y en cuya nómina destacaron diferentes miembros de ella que tuvieron relevancia en diferentes campos, como José González Hontoria o Manuel López Barbadillo. Quedó huérfano muy joven y se dedicó a viajar por diferentes países, gastando el dinero recibido en herencia de sus padres. Entre viaje y viaje intentó estudiar la carrera de Derecho, aunque no la terminó. Finalmente, en 1900 se instaló en Madrid tras conocer al escritor Joaquín Dicenta, que le ayudó a comenzar una nueva vida y le abrió algunas puertas para que pudiese trabajar en el periodismo y la literatura.

El historiador sanluqueño Salvador Daza.
El historiador sanluqueño Salvador Daza.

Comenzó al poco tiempo a triunfar también en el teatro, estrenando diversas obras que tuvieron gran éxito, codeándose además con intérpretes y autores teatrales de gran fama. Sus obras fueron representadas en Madrid y en muchas ciudades españolas. También viajaron hasta Sudamérica, en cuyos países López Barbadillo era bien conocido por su colaboraciones periodísticas en el diario que finalmente le acogió como redactor: El Imparcial. Una cabecera en la que también escribían por aquella época lo más granado de la literatura y el pensamiento español: Benito Pérez Galdós, Ortega y Gasset, Jacinto Benavente, Miguel de Unamuno, Valle Inclán, Los Álvarez Quintero, Pérez de Ayala, Pío Baroja y Rubén Dario, entre otros.

Otra de sus grandes facetas fue la de bibliófilo, editor y divulgador de diferentes obras antiguas del erotismo y el amor, en una colección que se vino a llamar Biblioteca de López Barbadillo y sus amigos. Destapó el escándalo en la puritana sociedad que le tocó vivir por estas publicaciones, llegando incluso a tener problemas con la Justicia y sobre todo con los medios ultramontanos que le perseguían con saña al estimarlo injustamente un personaje depravado por difundir y editar estas obras picantes, que iban ilustradas con desnudos femeninos.

Sin embargo, la crítica más seria de las instituciones académicas aceptaron su trabajo, al haber sido realizado con rigor y sin afán de escandalizar, sino únicamente con el de sacar a la luz obras inéditas que así lo merecían por su calidad literaria. Muchos años después, al hilo de la apertura política que tuvo lugar tras la muerte del dictador Franco, las obras editadas por López Barbadillo se recuperaron y reeditaron a fines de la década de los 70 del pasado siglo, amparadas en el interés que toda la temática sexual despertaba entre la ciudadanía española.

Su prematuro fallecimiento en 1922 (con 47 años) en Madrid, le impidió llevar a cabo muchos proyectos que tenía guardados, pues estaba entonces en la cúspide de su carrera y era uno de los más acreditados periodistas literarios de España. El Ayuntamiento de Sanlúcar lamentó mucho su pérdida e incluso lo propuso para hijo predilecto a título póstumo, pero tal nombramiento no llegó a realizarse.

Su importancia dentro de la historia del periodismo español (fue fundador de la Asociación de la Prensa de Madrid), de la dramaturgia y de los derechos de autor (fue también miembro directivo de la Sociedad de Autores Españoles) hacen que su figura también brillara en el terreno de la lucha por los derechos laborales e intelectuales de toda su generación.

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