Renovarse o morir. Éste es el lema que han abanderado muchos arqueólogos, que han encauzado su futuro más allá de nuestras fronteras, donde continúan en el ámbito de la intervención, o se reinventan en el importante terreno de la investigación y difusión, para hacer más atractivo y respetable nuestro patrimonio.

Es el caso de la arqueóloga Mili Jiménez, que durante años ha trabajado bajo el apasionante manto de la arqueología subacuática en el seno de la administración pública. Con la llegada de la crisis se ha embarcado en nuevos e ilusionantes proyectos entre los que figuran Mediterraneando, que ella misma ha ideado y que ahora dirige. Se trata de una iniciativa que ha sido subvencionada por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte , que ha sabido distinguir la calidad de una propuesta que trata de "promover en las nuevas generaciones actitudes de participación, conocimiento y disfrute por el método de trabajo empleado en la investigación de la arqueología subacuática, así como fomentar en la sociedad actitudes de respeto por este patrimonio" entre los alumnos de educación Primaria, Secundaria y Bachillerato, explica la arqueóloga.

La original idea trata de realizar un mapa interactivo diseñado para difundir de forma atractiva el comercio marítimo en época antigua, a partir del patrimonio cultural subacuático de las costas españolas. "Los alumnos visualizarán barcos hundidos. Como si de arqueólogos subacuáticos se trataran, deberán interactuar con los distintos pecios". Un método con el que de forma divertida reciben la información oportuna que les permita comprender qué ruta comercial seguía el barco de estudio, el lugar de origen o los puertos donde paraban para distribuir.

En la actualidad está completamente implicada en el proyecto con jornadas de difusión en varios centros educativos de España, concretamente de Andalucía, Cataluña, Murcia, Baleares y Alicante, con el fin de poner en práctica el mapa interactivo con los alumnos. "Cada uno trata un pecio distinto, y siempre en relación con su localidad, bien porque está hundido en su costa el barco o bien porque en su zona se elaboraron las ánforas...etc. y se convierten simbólicamente en padrinos de ese pecio". También es necesaria la implicación del profesorado, que irá trabajando con los alumnos los contenidos, desde una guía docente. Una herramienta que continuará disponible en internet cuando perfile todos los detalles.

Algo más lejos anda trabajando el arqueólogo gaditano Enrique Aragón, que desde 2012 está en Australia, donde vive su pareja. En España se dedicaba a la arqueología submarina y terrestre, pero una vez en Melbourne, "y tras pasar por las tradicionales barreras del idioma, búsqueda de empleo y adaptación a nuevas realidades decidí reciclar mi actividad profesional aprovechando antiguos proyectos, así como la experiencia que tenía". Fue así como creó Bubble Media (www.bubble-media.com.au), junto a su socio Javier Rodríguez, que vive en España. "Bubble Media está basada en la idea de difusión cultural del patrimonio marítimo a través de recursos audiovisuales, y la apuesta por recursos educativos online en este campo". Optaron, por tanto, por "aplicar la creatividad, algo en lo que sinceramente creo que por nuestra tierra somos muy buenos y deberíamos explotar más".

Y aunque le va bien en Australia, Enrique Aragón sigue siendo optimista en cuanto a la situación española, pues afirma que "aunque la caída de la construcción acabó con las posibilidades de seguir cuidando nuestro pasado, hay buenos procesionales trabajando cada día por encontrar vías alternativas y nuevos modelos para desarrollar proyectos de gran interés". Espera que con crisis o sin ella "empiece a calar la preocupación del patrimonio, que no puede estar atado a épocas de bonanza económica. Hoy más que nunca también se busca una economía cultural sostenible".