Rafa Marín nos trae nueva dosis del detective amnésico

El escritor presenta esta tarde 'Los espejos turbios', novela en la que vuelve a reunir crimen, retranca y gaditanismos ilustrados

El escritor gaditano Rafa Marín.
Pilar Vera / Cádiz

11 de mayo 2012 - 05:00

Puesta a ponerse delirante, la realidad se come a Cthulhu con papas. Rafa Marín (Cádiz, 1959) lo sabe bien y por eso sus historias de Torre -el ex boxeador amnésico metido a detective- plasman a la perfección el absurdo cotidiano. El absurdo cotidiano, además, con sello intransferiblemente gadita.

"Yo siempre digo que me da mucho coraje la gente que va por la calle escuchando música -comenta Marín- porque se lo pierden todo. Toda esa forma de expresarnos que tenemos aquí, irrepetible, ingeniosa, basta y culta a la vez. Yo me quedaría escuchando todo el rato al pescadero, por ejemplo, cuando voy a comprar a la plaza de Varela".

En su nueva entrega, Los espejos turbios, Torre sigue la pista de un asesino con obsesión por los juegos dobles y los reflejos. Los momentos más importantes de la novela se dan durante una fiesta en Filosofía y Letras, en Fin de Año y en el desfile de Reyes Magos: sólo el que las ha vivido sabe hasta qué punto las demencias que se describen son ciertas. Marín admite vivir con la parabólica puesta -"Mis amigos son conscientes de que cualquier anécdota, o ellos mismos, pueden aparecer en las historias"- y de disfrutar en la recreación de un personaje como Torre, que le permite cantar sin pudor las verdades del barquero.

"No exagero si te digo que empecé a pensar por primera vez en Torre hace unos veinte años -comenta el escritor-. Su primera aparición, de hecho, fue en un relato con tono de novela negra tradicional. Pero luego comprendí que la voz de Torre no podía ser esa". Y la voz de Torre, de hecho, le fue dictando sus historias. Rafa Marín asegura que las historias del detective se escriben solas: "Podría jurártelo con los dedos sobre el teclado. Ni siquiera sé, cuando empiezo, cómo van a resolverse los casos", indica.

"Torre es estoico, con retranca, sólido, silencioso. Pocas veces actúa sino que reacciona", explica. Y hay muchos Torre. Rafa Marín dice que los ve, réplicas del personaje - "canoso, moreno, de un andar peculiar"- caminando por la zona en la que vive su criatura de ficción. "El enemigo principal de Torre -continúa su creador- es él mismo. El vacío que tiene en la memoria y que intenta sacudir, por ejemplo, coleccionando fotos antiguas de Cádiz".

De la balsa que son los primeros años del boxeador, se desvelarán detalles en la siguiente novela, Lona de tinieblas: una historia que irá enlazando pasado y presente y que hace guiños al 'homérico' Sean Thornton. Ajec publicará también la primera historia de la serie, Detective sin licencia: edición que incluirá los dos relatos gérmenes del personaje. Y tal vez haya una cuarta entrega de las aventuras de Torre, Los muertos de Madrid, ambientada en los años de la movida: "Con el boxeador y Pepito Fiestas tratando de vender a Mágico González", comenta el autor.

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