Pérez Villalta muestra su peculiar universo en la Fundación ICO

Con el título Guillermo Pérez Villalta. Artífice, el Museo de las Colecciones ICO exhibe la creatividad y versatilidad que Pérez Villalta ha volcado sobre objetos y utensilios en un intento de que el arte "enriquezca y embellezca la vida diaria", explicó el creador campogibraltareño. La muestra, que se inauguró ayer, estará abierta hasta el 7 de septiembre.

Joyas, carteles, espejos, tapices, muebles e incluso curiosos diseños arquitectónicos que no se llegaron a construir forman parte de esta muestra que refleja la personalidad prolífica, ecléctica e incluso mística de este artista gaditano, galardonado con el Premio Nacional de Artes Plásticas.

"Me he pasado una gran parte de mi vida desarrollando estos ornamentos, la mayoría sigue como idea que todavía no se ha materializado; la pintura no es el lugar idóneo para ello, sólo tiene sentido cuando se incluye en nuestra propia vida", reveló el artista.

Proyectada en su idea original por la Obra Social de Cajasol y comisariada por Óscar Alonso, Guillermo Pérez Villalta. Artífice, permite al espectador entrar en contacto con facetas poco conocidas del que ha sido uno de los más destacados miembros de la figuración madrileña de los años 80. "Todos estos objetos no forman parte de una labor secundaria, sino que los he desarrollado al mismo tiempo que pintaba", matizó Guillermo Pérez Villalta.

Ésta es la primera exposición monográfica dedicada a Pérez Villalta donde se catalogan, reúnen e investigan rincones casi secretos de su producción, abarcando todas aquellas parcelas de creación en las que el artista se ha desenvuelto. Sorprenden sus decorados para un teatro; el tocador que ideó para una amiga ya fallecida; mesas y sillas con un diseño ochentero, sujeta libros e incluso una librería, que permite escuchar el sonido del agua mientras lees.

No obstante, en toda su obra, sea cual sea el soporte, toma lugar la ecuación belleza, sentimiento, sensibilidad, y sus piezas se rodean un aura de espiritualidad y trascendencia.

En palabras del comisario de la muestra, Oscar Alonso Molina, las tres claves de la obra de Guillermo Pérez Villalta se podrían concretar en: un afán de modernidad enlazado por el gusto por lo 'clásico'; una necesidad de que todos los objetos tengan una utilidad y una función simbólica y su idea de "ritualizar aquellos objetos" que nos resultan más cercanos.

Uno de los esos objetos diseñados para aunar belleza, misticismo y funcionalidad es el Templo de la lluvia y los vientos, que nació para ser construido en Tarifa (Cádiz), paraíso de los amantes del viento y el mar. En ella, habría cuatro puertas orientadas hacia los distintos vientos (Poniente, Levante, Norte y Sur) y cada una de ellas dispondría de una campanilla con diferente musicalidad para anunciar la llegada de cada viento.

El autor ha participado activamente en esta muestra a través del diseño del recorrido, en el que ha incluido algunas sorpresas para los visitantes y donde se muestran trabajos prácticamente desconocidos para el público en general. La simbología, el misterio y, sobre todo la poesía, inundan el lugar y permiten conocer, si cabe, un poco más de su personalidad y su talento.

Tres apartados se encargan de organizar la exposición. En el primero de ellos, Arte aplicado, se encuentran las piezas "curiosas". Interiores-Exteriores presta especial atención a escenografías y vestuarios teatrales, junto a vidrieras, diseños de fachadas, mosaicos o azulejos, mientras que Arquitectura muestra algunos de sus diseños en este campo, como los proyectos completos para la Cámara de Comercio de Gibraltar o la remodelación del puerto de Algeciras.