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II Concert Music Festival Sancti Petri

Miguel Poveda: “No soy el mejor pero sé conectar con el público”

  • El artista catalán regresa a las tablas del Concert Music Festival Sancti Petri para presentar ‘El tiempo pasa volando’, su último trabajo discográfico

El artista catalán Miguel Poveda.

El artista catalán Miguel Poveda. / Álex Cámara

Miguel Poveda repasa esta noche en el Concert Music Festival tres décadas dedicadas al flamenco. El artista se prepara además para hacer carrera internacional.

–Cuando decide titular su último disco 'El tiempo pasa volando' desde que óptica lo hace. ¿Hay más nostalgia, agradecimiento por lo conseguido o arrepentimiento de lo que quedó por hacer?

–Un poco de todo. Es tomar conciencia del valor que tiene el tiempo y regresar a tus raíces, volver a entrar en el piso donde vivía con mis padres en Badalona y vivir de nuevo la sensación de la emoción al escuchar todos esos discos y esas canciones que ellos ponían.

–¿Qué tenían en común todas estas canciones que conforman el álbum para representar 30 años de música?

–Que eran denostadas por los más modernos. Lo que se llevaba era escuchar a Serrat o The Beatles, pero a los chavales y chavalas de mi barrio nos encantaba El Zíngaro, El Luís, Los Chichos o Tijeritas.

–¿Se le ha quedado algo en el tintero por hacer en estas tres décadas de discos y escenarios?

–Seguramente, pero no puedo quejarme porque he hecho más de lo que podía soñar.

–Y su primer recuerdo flamenco, ¿qué artista, espectáculo o anécdota se lo despertó?

–Fue en Badalona, un recital de la cantaora de San Roque Paqui Lara.

–Regresa al Concert Music Festival tras cantarnos en 2018 a Lorca. Todos los flamencos dicen que cantar en Cádiz es una responsabilidad. Para usted, ¿qué significa visitar nuestra tierra?

–Significa la alegría de volver a reencontrarme con un público que siempre ha sido muy cariñoso conmigo y, a su vez, la responsabilidad de estar frente a gente que sabe bien lo que es el arte.

–¿De quién se acompañará en el escenario en Sancti Petri?

–De mis compañeros habituales además de Joaquín Grilo y Encarna Anillo que van a prestar su arte con su colaboración.

–El Concert Music Festival ha apostado en sus dos ediciones por artistas flamencos dentro de un cartel muy variado. Esta música parece que cada vez más juega en la liga de los grandes eventos, ¿no?

–Parece que sí y es la alegría más grande que podamos tener porque el Flamenco merece estar en todos los mejores escenarios del mundo.

–Y más Cádiz. En noviembre le esperan nada menos que tres citas en el Teatro Falla. ¿Qué sensación le producen esas tablas cada vez que las pisa?

–El Gran Teatro Falla de Cádiz es uno de mis lugares favoritos, ¡se me ilumina la cara sólo pensarlo! Allí he vivido las noches más especiales de mi carrera, es el lugar perfecto para que se genere magia. Estoy deseando que lleguen esas tres noches.

–En su caso, sus espectáculos tienen un concepto escénico bastante desarrollado que no se ve quizá en otros artistas, más sobrios a la hora de la puesta en escena, más tradicional. ¿Es una asignatura pendiente para el flamenco este aspecto?

–El Flamenco en sí tiene ya implícito una emoción que traspasa cualquier escenografía, pero es verdad que es bueno cuidar también esas cosas para mostrar al mundo lo mejor de nosotros.

–Algunos pensarán que parece mentira que precisamente artistas no andaluces como usted, Rosalía o Niño de Elche sean los más arriesgados en el flamenco, fuera de la ortodoxia, y los que más difusión le están dando. ¿Sigue existiendo ese prejuicio, ese binomio inquebrantable Andalucía-Flamenco o ya está superado?

–Sinceramente no me veo en el mismo saco con todo el respeto por supuesto a los artistas citados. El Flamenco arriesgado era en su día el de El Lebrijano, Morente, Camarón, Paco de Lucía... Por otro lado pienso que esos prejuicios sobre la procedencia o raza ya están superados afortunadamente, la sociedad va avanzando aunque aún hay mucho por hacer y construir en ese sentido.

–Usted ha tenido que soportar también el juicio del purismo. Para los flamencos nuevos, ortodoxos y no, que estén empezando, ¿qué consejo les daría desde su posición de artista consagrado?

–No soy muy buen consejero pero he podido comprobar desde mi experiencia que el amor inmenso al Flamenco, la afición, la constancia, capacidad de aguante y paciencia son elementos que ayudan mucho para una carrera sólida.

–Carmen Linares me decía hace poco que hablar de apropiación cultural es una locura. Que el flamenco le debía mucho a los gitanos, pero también a artistas payos que lo habían cantado toda la vida, que nadie es quién para decirle a nadie cómo crear. ¿Es la apropiación cultural la nueva excusa para encubrir un ansia de acaparar el mercado por ciertos artistas con unas características determinadas?

–Hablar hoy de apropiación cultural en el arte cuando ya todos celebramos Halloween como si fuésemos americanos es contradictorio. Soy partidario de la diversidad y la mezcolanza porque eso nos enriquece.

–Después de tres décadas ¿diría Poveda que ha logrado ser el artista que siempre quiso?

–Hoy día, después de todo lo vivido y valorando de donde vengo y cómo vine, puedo estar orgulloso del artista que soy hoy. No seré el mejor ni esa es mi meta, pero sí lo suficientemente bueno para conectar y emocionarme con las personas que vienen a escucharme, que es lo que más me importa.

–¿Y en qué nuevos horizontes le veremos próximamente?

–Espero hacer carrera fuera de nuestras fronteras, ya estoy en ello.

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