Cultura

Juan Habichuela, la memoria de la guitarra

  • El tocaor granadino, último representante de una época irrepetible del flamenco, muere a los 83 años El Teatro Isabel la Católica de su ciudad acogerá la capilla ardiente a partir de las 16:00

La saga Habichuela de tocaores se remonta al siglo XIX con Habichuela el Viejo, que actuaba en tabernas y locales de su época en compañía de su hija Marina, como tocaor y también cantando. Personaje legendario en la Granada del cambio de siglo XIX al XX, su imagen fue reproducida en las postales tipistas del periodo. Es el padre de Marina y de José Habichuela, tocaor de la zambra. La tercera generación de guitarristas de esta familia representa el cénit del toque granadino: Juan, Pepe, Luis y Carlos, hijos todos ellos de José.

Juan Habichuela (Juan Carmona Carmona, Granada, 1933), el actual patriarca de esta familia y el que regía estéticamente a la misma, falleció ayer a los 83 años. Juan se inició como bailaor en el Sacromonte junto a Mario Maya, pasando luego a la guitarra de la mano de su padre y del mítico Ovejilla, maestro de tocaores en Granada. Pronto se traslada a Madrid para formar parte de los cuadros de dos de los tablaos más importantes de la época, El Duende y Torres Bermejas, acompañando el baile de Gracia del Sacromonte y Mario Maya principalmente. Militó en las compañías de los más importantes cantaores del periodo incluyendo a Caracol, Juan Valderrama, Fosforito y Rafael Farina. Y por supuesto, a partir de los años 70, a Enrique Morente. Una nómina cantaora lo suficientemente explícita de sus cualidades como tocaor al cante basadas en su enorme afición, en su sensibilidad y en la precisión de su toque.

En su última etapa como profesional incluso se reveló como cabeza de compañía en tres curiosas grabaciones para Universal, que son otros tantos homenajes al tocaor. Juan Habichuela era un auténtico maestro, seguro, de rasgueo contundente pero sobrio, firme pulsación y falsetas cortas, muy líricas. El número de discos que grabó y la nómina de artistas a los que acompañó en ellos quita el hipo: Manolo Caracol, Luis de Córdoba, Rancapino, Chano, Menese, Alejandro Sanz, Ketama, Paco de Lucía, Potito, Mercé, Marina Heredia, Pitingo, Tomatito... Desde su primera época, junto a Jarrito y Rafael Farina, pasando por las juveniles falsetas y colchones armónicos a la voz del gran Caracol, la madurez junto a Fosforito, Enrique Morente, etc., hasta sus últimas grabaciones con la última generación de intérpretes flamenco, es decir, Pitingo y Marina Heredia. Pasando por sus tres discos como cabeza de cartel, que incluyen colaboraciones de tanta enjundia como Paco de Lucía y Tomatito, que no quisieron permanecer ajenos al cálido homenaje que supusieron estos discos de vejez del maestro, que se destapó como solista al filo de la tercera edad. Juan incluso grabó algún toque en solitario, que firma Sabicas, o la tradición, es decir, la modestia de nuestro protagonista.

Su concepto del acompañamiento al cante es ricardista hasta la médula: el cantaor es el torero y el guitarrista su banderillero. Exhibiciones de parte del guitarrista están de más, salvo en los solos del mismo. Aunque con Caracol demuestra Juan el ímpetu propio de la edad, lo cierto es que el toque Habichuela es eminentemente sobrio, natural, pulcro. Su última gira, junto a Matilde Coral y Chano Lobato, fue un auténtico gozo de nostalgia. Con todo, Juan se quiso ocultar, una vez más, tras la guitarra, dejando a la bailaora y al cantaor el brillo de los focos. Pero es mucha verdad la que atesoraba en sus seis cuerdas para lograr pasar desapercibido. Todo un patriarca. Del toque y del flamenco contemporáneo. Juan era uno de los últimos supervivientes de una época dorada del cante (desde mediados de los cincuenta hasta los setenta, esa es su etapa de máxima actividad e influencia). Por eso se impone la necesidad de registrar esta memoria insustituible. Chano tuvo su biografía y Matilde la suya. Juan Habichuela es, fue, la memoria de la guitarra.

Juan Habichuela era padre de Juan José Carmona Amaya El Camborio y Antonio Carmona Amaya quienes, junto a José Miguel Carmona Niño, hijo de Pepe Habichuela, formaron parte del grupo Ketama. Y era el abuelo de Juan Torres Fajardo, Habichuela nieto: es decir, esta saga de tocaores granadinos va ya por la quinta generación.

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