Gabás y Posteguillo viajan por la novela histórica desde la Casa Pemán

La Fundación Cajasol y Lara organizan el primer encuentro del Ciclo Narrativa en Cádiz con una charla sobre distintos métodos utilizados por la literatura inspirada en el pasado

Santiago Posteguillo, Cristóbal Cervantes y Luz Gabás, en la Casa Pemán.
Virginia León Cádiz

25 de septiembre 2014 - 05:00

Luz Gabás y Santiago Posteguillo se reencontraron ayer en Cádiz, en la Casa Pemán, desde donde emprendieron un viaje por los distintos estados de la novela histórica. Así describió el acto el periodista Cristóbal Cervantes, que moderó el primer encuentro del Ciclo de Narrativa que organiza en Cádiz la Fundación Cajasol y la Fundación Lara.

Tras una presentación recíproca en la que ambos escritores referentes de la narrativa actual ensalzaron "la mente" privilegiada de Posteguillo -en palabras de Gabás- y la pluma privilegiada de Gabás en la recuperación de aquellos momentos olvidados del pasado -dijo Posteguillo-, dialogaron sobre las fórmulas e ingredientes que maceran su literatura.

Ambos coincidieron en el potencial de historias que se remontan al pasado, como los de la Roma Imperial que aborda Santiago Posteguillo en la segunda obra de su trilogía CircoMáximo, o en la que la autora toma como referencia el ajusticiamiento a mujeres por brujería en pleno siglo XVI, con su Regreso a tu piel.

Dos obras -publicadas por Planeta- divergentes en épocas y metodología narrativa, pero convergentes en la necesidad del conflicto histórico, la maldad en los personajes o el amor como puntales en que se sostienen la literatura.

Los procesos documentales también afloraron en este viaje literario al pasado y, por qué no, al futuro. Fueron cuestionados de este modo por la forma en que los autores de siglos posteriores podrían abordar el momento actual que atravesamos, marcados por la corrupción o la crisis económica. En este apartado la ante todo escritora -como dijo sentirse-, filóloga y alcaldesa de Benasque, señaló que si bien es difícil bucear en los archivos de determinados momentos históricos, carentes de documentación, los escritores venideros "se encontrarán con el problema del exceso de información". Así que en el fondo, "leerán y la digerirán hasta hacer su reconstrucción propia".

Su compañero de mesa incidió en las diferentes formas de enfrentarse a un proceso documental, según la época, destacando la época visigoda, por ejemplo, por su escasa literatura, y ensalzando la época romana, en la que escribían mucho "aunque sólo nos ha llegado el 5 por ciento de lo que escribieron". Pero ahora, apostilló, "existe sobredosis informativa", con muchas formas distintas de enfrentarse a un mismo conflicto. Así que los compañeros del futuro "tendrán que descubrir la versión más adecuada, que más se acerque a la realidad".

El amor y cómo se ama en cada época también salió a flote, en las preguntas del periodista. Sentimiento, como el miedo, que la escritora considera indisoluble a todo momento histórico. "Sólo cambian las causas", dijo tomando como referencia su propia novela, en la que pasado y presente se reencuentran a través del amor y la historia de Brianda de Lubich.

Quiso matizar, en referencia a las distintas críticas que hacen de su novela histórica de corte romántica, "que precisamente surge del romanticismo del XIX, que surgió como refugio de los autores que buscaban el idílico pasado".

Sobre el amor también habló Santiago Posteguillo, que quiso distinguirlo del sexo, en un pulso en el que sin duda gana el amor. "El amor es lo que resuelve un problema narrativo y da sentido matriz a la novela", dijo tomando como referencia su propia obra Los asesinos del emperador.

Pero tan necesario es el amor como la guerra y la maldad. "La vida sería mejor sin perversión y la literatura sería aburrida", coincidieron.

De este modo, ambos alabaron su aparición como recurso equilibrador, de igual modo que es necesario el equilibrio entre ficción y realidad en la novela histórica, aseveró Posteguillo, haciendo un guiño a la frase de Pessoa. "La literatura existe porque la vida no es suficiente".

Por su parte, Gabás confesó que le cuesta crear a los personajes malos, pero que siempre "tienen sus razones".

Y de la literatura trascendieron a la vida real, que no dejan de cruzarse en el trayecto, pasando por la política en la que se descubre la verdadera vileza o maestría del hombre; por la estación en que refugian su prosa -primavera para Luz Gabás y verano para Posteguillo-, por la libertad que proporciona el propio acto de escribir o por sus proyectos actuales. La película inspirada en la obra de ella, que se estrenará el 4 de diciembre con Mario Casas como protagonista, y el libro de relatos que presentará el 7 de octubre él, La sangre de los libros. Dos nuevos viajes en que se embarcan encantados sus protagonistas.

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