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El Flores: “El Don Mendo de este cómic es un personaje bastante personaje”

El dibujante gaditano de cómic El Flores, con un ejemplar de 'La venganza de Don Mendo'.

El dibujante gaditano de cómic El Flores, con un ejemplar de 'La venganza de Don Mendo'. / Julio González

El próximo 13 de octubre el clásico del dramaturgo portuense Pedro Muñoz Seca, La venganza de Don Mendo, salta del escenario a las viñetas (o quizás no tanto...) de la mano del dibujante gaditano José R. Flores El Flores y del guionista Ricardo Vilbor gracias a la iniciativa de la editorial Grafito. Una obra donde risas, venganzas, amoríos, ripios y trovadores irresistibles están asegurados ya que la pieza original no pierde vigencia sino que, además, se agudiza en esta nueva visión. El Flores adelanta algunos de sus secretos. 

–¿Cómo llega el proyecto a sus lápices?

–Pues el guionista, Ricardo Vilbor, tenía una idea de adaptar al cómic diferentes obras de teatro clásicas y se lo propuso a Grafito que aceptó y planean sacar una trilogía empezando con La venganza de Don Mendo para seguir con Don Juan Tenorio y Bodas de sangre. Y, bueno, como Don Mendo tiene tanta carga de humor pues buscaban a una persona que llevara eso al dibujo, y me llamaron a mí.

–¿Les dio el sí pronto?

–¡Por supuesto! Lo vi súper claro. Además de que las cosas estaban complicadas con dos años que llevábamos de pandemia, yo tenía ganas de trabajar con Grafito y, según me dijeron ellos, era algo recíproco. Además, que también trabajar con Ricardo, un guionista buenísimo, es una suerte.

–Y eso fue hace...

–Pues hace un año que me lo propusieron. Ha sido un año de trabajo en el que se planea todo lo que es boceto, personajes y guion. Ricardo lo que hace es una adaptación muy buena a la actualidad y ya después yo me puse a hacer páginas y páginas.

–¿Así se trabaja siempre, primero el guion?

–El guionista puede mandar el texto de forma técnica o sólo diciendo la historia es ésta. En este caso hemos trabajado de forma técnica con Ricardo mandándome el texto de la viñeta de cada página. Tal como llega, empiezo con el boceto y cuando te da el visto bueno la editorial pues se continúa en serio con la tinta y demás. Esto es un trabajo diario. Terminaba un pack de 10 páginas, lo mandaba, y mientras que ellos corregían, yo seguía con las siguientes 10 páginas. Y así...

–¿Cómo se dibuja un clásico?

–Yo es que tengo un estilo muy cartoon pero los primeros diseños, como la idea que tenían desde la editorial era que el cómic estuviera destinada a un público un poco más juvenil, pues pensé en el estilo de Hora de aventuras: muy redondo, sin nariz, colores muy planos... Pero quedó demasiado sencillo, más infantil que juvenil, así que opté por éste más cartoon y más detallista.

–¿Detallista en qué sentido?

–Pues por ejemplo en el humor de segundo plano. Yo soy mucho de eso y sé que, además, a Ricardo le gusta eso de mi trabajo. Detrás de cada viñeta siempre hay un chiste, una referencia... O también, como me encanta el diseño de personajes, me vuelve loco, siempre procuro dejar detallitos sueltos tipo si a un personaje en una viñeta se le rompe la lanza, como pasa en Don Mendo, pues ya lleva la lanza rota todo el cómic entero. La verdad que me lo he pasado pipa haciendo este trabajo.

–¿No ha habido nada negativo?

–Confieso que odio en todos los trabajo el color. Quizás porque soy daltónico.

–¿En serio es daltónico?

–¡Sí! Así que el color me trae por la calle de la amargura, siempre tengo que tener a gente al lado que me confirme el rojo.

–¿Quién en su don Mendo?

–Pues es un personaje bastante personaje. Es un sabiondo que se gasta su jornal en jugar a las siete y media con su amigo Moncada y está enamorado de Magdalena, la hija del señor de las tierras, pero no es que se porte muy bien con ella... Es un tipo que piensa que todo el mundo está en contra suya hasta tal punto que monta un pifostio donde todo el mundo acaba, pues como tienen que acabar... Me hace gracia porque Muñoz Seca creó a estos personajes hace un siglo como parodia de las novelas de caballería pero con es que no pierden actualidad ninguna...

–Ustedes lo adaptan al lenguaje actual pero, ¿hay algún rastro más de contemporaneidad?

–Es que el cómic es, lo que diríamos hoy un metaverso. El cómic en sí es una obra de teatro. Yo dibujo una obra de teatro. Los cambios de capítulos son como cambios de actos, con su telón rojo y todo, también vemos un atrezzo barato, casi siempre el mismo fondo en las viñetas porque es un mismo forillo o el detalle de los caballos, que son de madera. Los secundarios se repiten porque no hay tantos actores en la compañía... Todo se basa en eso. Y además en la preventa la broma ha sido esa, los actores están preparando la obra de teatro que se estrena el 13 de octubre, cuando sale el cómic, y también en uno de los marcapáginas la entrada del teatro.

–Presenta en el Salón del Cómic de Granada, ¿no?

–Sí el día 15 y también presentaremos en Cádiz, el 21 en la Biblioteca Provincial organizado por la librería La Ratonera, y el 22 estaremos en Sevilla, en Banana Cómic, firmando.

–¿Piensa que ha cambiado la percepción social del cómic en los últimos años?

–A ver, una novela gráfica ya se ve como algo normal pero la vida del cómic tradicional es un poco más de nicho. Sigue costando un poco. Casi todos hemos crecido con Mortadelo y las tiras cómicas, para luego pasar al cómic de superhéroes o de un tipo más adulto, que se dice, como lo que hace Paco Roca. Es un camino que ahora es más fácil de recorrer que hace una dos décadas, claro, pero sigue existiendo esa cosa de que el cómic, el tradicional, es para niños.

–Y los artistas no paran de florecer en nuestro país

–Totalmente, cada semana salen 30 o 40 novedades editoriales eso quiere decir que hay dibujantes y guionistas, pero en España cuesta sobrevivir de dibujar del cómic exclusivamente. En España son muy pocos los que lo logran

–¿Es su caso?

–Pues me he llevado un año haciendo Don Mendo pero como soy freelance pues he estado haciendo también otros trabajos de dibujo. Pero sí, hace cuatro años decidí que me iba a dedicar sólo al mundo del cómic y me fue bien hasta que llegó la pandemia y ahora estoy otra vez volviendo a encarrilar proyectos. Pero cuesta. Eso sí, yo hacia delante porque esto es lo que me gusta.

–Pues ahora le voy a pedir que vaya hacia atrás, ¿cómo empieza?

–Pues me recuerdo dibujando desde pequeño y leyendo los tebeos que me compraba mi abuelo. Pero luego, cuando llegué a la adolescencia lo dejé todo apartado. El caso es que volví a dibujar con 25 años cuando empecé a trabajar de vigilante de noche. Hablamos de 2009 y en 2010 tenía un webcómic, Vaya juventud, que fue nominado a Mejor Webcomic Nacional. A partir de ahí pues hice casi todo por internet hasta 2017 cuando empecé a publicar en papel. Y en papel muy bien, esta es mi última obra más grande, la anterior fue Dealer, con Dibbuks, y después pues tengo historias cortas, colectivas, sueltas; he estado ilustrando varios libros y trabajando para empresas y marcas que dan, sobre todo, más publicidad y más dinero.

–¿Habrá nuevo proyecto personal?

–Pues ahí estoy. Quiero hacer un cómic largo para que opte a una beca que dan en Francia, pero es verdad que tengo que encontrar el tono para sentarme a escribir y demás. Para mí un guion es bastante importante, me tengo que poner muy en serio, pero vamos, que me voy a poner.

–Acaba de volver a Cádiz hace unos meses, ¿cómo ve por aquí la escena?

–Pues estoy viendo que se está moviendo otra vez la ilustración, el arte, y a mí me gustaría seguir agitando el panorama promoviendo una asociación pero no sólo de ilustradores sino de arte en general, con artesanos incluidos. Y sobre el cómic también tengo con Grafito una idea de un cómic de aventura futurista, tirando juvenil-adulto, como estilo cartoon pero un poco más propio tanto guion como dibujo.

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