El filósofo francés de origen búlgaro Tzvetan Tódorov, Premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales en 2008 y uno de los intelectuales más reconocidos del mundo, falleció ayer en un hospital en París, según ha informado Joan Tarrida, su editor en España.

Filósofo, lingüista, sociólogo y crítico literario, Tódorov (Sofía, 1939) era un destacado teórico de la literatura e historiador de las ideas, así como analista de la cultura. Fue autor de títulos como La teoría de la literatura de los formalistas rusos (1965); La conquista de América (1984), su primera investigación sobre la alteridad; Frente al límite (1991), sobre los campos de concentración; o Los abusos de la memoria (1995).

Tarrida ha destacado la vigencia de los estudios de Tódorov sobre la influencia de la política en las libertades individuales. La obra de Tódorov, el autor que más libros ha publicado la editorial Galaxia Gutemberg, una docena de ellos, reflexiona sobre el lugar del individuo en la Historia, así como la contraposición del individualismo en el totalitarismo y la democracia.

Joan Tarrida añadió que el autor búlgaro estaba preocupado por "las nuevas tendencias" que han ido surgiendo en la última década y que entendía "podrían acabar reventando la democracia": "Temas como los populismos, la xenofobia o el liberalismo que persigue el beneficio económico sin tener en cuenta los costes humanos eran temas que ya había tratado", ha explicado el editor, que citó títulos como Los enemigos íntimos de la democracia o El miedo a los bárbaros, que parecen actuales. El tema de los refugiados, por ejemplo, también fue uno de los que más centró su atención, ya que su condición de "exiliado voluntario" lo ponían "mucho más cerca del drama de la gente que tiene que abandonar su lugar bien por razones políticas o económicas".

Por su parte, la directora de la Fundación Princesa de Asturias, Teresa Sanjurjo, definió a Tzvetan Tódorov como "uno de los intelectuales más fecundos, más lúcidos, comprometidos y solidarios del siglo XX y de estos años iniciales del XXI". Un pensador que utilizó "su voz y su palabra" para defender "a los débiles, a las víctimas, a los desamparados, siempre con argumentos cargados de razón y sobre todo, de sabiduría y de reflexión".

A su juicio, Tódorov quería ser conocido como un hombre de la Ilustración "al que movían los ideales de paz, de concordia y de libertad que ya hace más de doscientos años cambiaron para siempre la civilización occidental".