La cultura suele ser siempre una de las materias que sale peor parada en época de crisis. Ocurrió en el último terremoto económico, cuando el mundo del arte en toda su extensión vio cómo se detenía el motor que lo hacía funcionar. Pero la cultura es también la maltratada cuando los presupuestos que manejan las distintas administraciones, incluso cuando el dinero fluye, no la tienen entre sus prioridades. Y es en ese contexto en el que la Asociación de Amigos del Museo de Cádiz anuncia que se planta, que estudia arrojar la toalla de sus actividades ante las “dificultades” que su proyecto, muy dinámico en muchas de sus fases, encuentra ahora salir adelante, según informa su junta directiva.

Lo cierto es que parece que llueve sobre mojado, y en los últimos tiempos se han vivido la primera gran crisis del siglo que dejó tras de sí numerosas víctimas artísticas, la pandemia que redujo el empuje económico de la cultura como industria y, ahora, con unos presupuestos públicos en los que la cultura parece la guinda pero no una deliciosa porción del pastel.

Desde la asociación lo explican así: “Corren malos tiempos, si es que alguna vez los hubo buenos, para las entidades dedicadas al fomento de la cultura desde la sociedad civil. En la época en que nos movemos la cultura tiende a identificarse solo con el espectáculo. Quienes creen que debe ser algo más y se integran en entidades y asociaciones ciudadanas, participando desde la iniciativa privada con propuestas y actividades no tan comerciales, lo tienen más difícil para sobrevivir”.

Obra del pintor Filippo Palizzi adquirida por la asociación para el Museo.

La Asociación de Amigos del Museo de Cádiz vivió su particular auge a partir de 2006. Desde entonces, el patio del Museo Provincial acogió conferencias (Antonio Gamoneda, Pablo García Baena, Caballero Bonald, Félix de Azúa, Rosa Regás, Gustavo Martín Garzo...), se realizaron ponencias sobre pinturas cedidas temporalmente al museo; se llevaron a cabo restauraciones de cuadros e incluso se adquirieron en subasta o procedentes de colecciones privadas algunas obras de arte que acabaron engrosando los fondos del centro provincial gaditano.

Una labor de mecenazgo y de motor cultural que se completó con diversos hermanamientos o la cesión de un legado familiar, aún hoy no público, con “un excelente archivo documental y mobiliario de los siglos XIX y XX”. Y resume la asociación: “Se trató de proyectos alentados y compartidos con las entonces activas direcciones del museo, en particular en el periodo de Juan Alonso de la Sierra. Fueron tiempos mejores”.

Pero, a decir de la asociación, estos asuntos culturales se torcieron a partir de 2018, dos años antes de la pandemia. Desde entonces, apenas “un par de intervenciones externas en colaboración con otras asociaciones y el Festival de Música Española, lo que representa un escaso balance positivo”.

La Asociación de Amigos del Museo enumera a partir de entonces una serie de actividades fallidas: “Una exposición de una fundación privada propietaria de una colección de instrumentos musicales de Alfonso X el Sabio, una exposición sobre miniaturas napoleónicas, la presentación de un libro de Pérez Zúñiga sobre Giovani Tartani (que se tuvo que presentar en la APC), una excelente exposición gráfica, con más de 100 dibujos, sobre el Cádiz de 1823. Esta última es una exposición que ha promovido y preparado la Asociación de Amigos del Museo pero que hoy busca espacio para su exhibición”.

Restauración del cuadro 'Andrómeda encadenada', impulsada por la asociación.

Un balance “pobre” con propuestas “frustradas” que hacen a la asociación gaditana plantearse su continuidad: “Tantos fracasos generan un evidente desaliento en la asociación y los ciudadanos que la componen, que la hacen cada vez más débil y la abocan a tomar decisiones, de cara a ceder el testigo a quienes sean capaces de abordar el futuro con nuevas fuerzas o incluso, como alternativa indeseable, la suspensión de sus actividades o su extinción pura y simple, dando por concluido este tramo de 17 años de actividad, lo que la llevaría a desaparecer como tantos proyectos de la ciudad”.

Para la asociación, su situación particular es reflejo de la “total falta de apoyo institucional a proyectos ciudadanos” y de “la falta de interés de los políticos responsables del fomento de la cultura”. La entidad recuerda la “desaparición” del Festival de Música Manuel de Falla por “decisión municipal”, la “ausencia de expectativas” para que los presupuestos recojan la reforma y ampliación del Museo de Cádiz, el ‘exilio’ de la Real Academia de Bellas Artes o, en otro orden de cosas, que el Centro de Estudios Constitucionales, anexo al Oratorio, permanezca “cerrado a cal y canto”.