La temporada expositiva de primavera y verano llega al Castillo de Santa Catalina con una nómina de artistas nacionales. Dos autores gaditanos, Ricardo Galán Urréjola y José Alberto López, así como el murciano afincado en Granada Carmelo Trenado, colmarán de propuestas las distintas salas de la fortaleza centenaria, el equipamiento cultural más visitado del pasado 2012.

El próximo 9 de abril y hasta final de junio se instala en sus dependencias la muestra fotográfica de Carmelo Trenado La Imagen Sostenida, integrada por más de veinte instantáneas de grande y mediano formato. Cada uno de sus trabajos se plantean a modo de fotogramas de los que brotan imágenes con las que Trenado cuenta historias. "No me conformo con la imagen técnicamente perfecta y estéticamente conseguida y bella, sino argumentar situaciones".

Para ello este profesor de la Facultad de Bellas Artes de Granada trabaja las fotografías como si fueran polípticos, como viñetas colmadas de vivencias que hablan de huídas, de vías de escape, de paisajes conmovedores de numerosos puntos del planeta, desde los que Trenado ha importado cada pasaje de esta exposición. "Es mi realidad, porque todo creador siempre que actúa está interviniendo y actuando en la realidad. Para mí la belleza se sitúa ante todo en lo conmovedor de la historia", puntualiza.

De forma casi paralela, Carmelo Trenado inaugura una exposición de pintura en la sala Benot bajo el título Porque sana es blanco. Una muestra que no se entiende sin ésta que en menos de un mes saldrá a luz en Santa Catalina. "Trato la concepción del espacio en pintura igual que en fotografía, aunque con procesos distintos", señala.

Dos días después de Trenado inaugura su muestra el artista gaditano José Alberto López. Del 11 de abril al 30 de junio se presenta en Santa Catalina Atlántida, una colorida proyección pictórica de construcciones mediterráneas, de corte árabe y oriental. Las pinturas de este autor de estilo inconfundible buscan un retorno al idealismo de la infancia, de ahí su tratamiento ingenuista y la falta de pretensión en la elaboración técnica de José Alberto López.

Para su creación fusiona el collage y la pintura sobre papeles y telas, aportando así riqueza a sus coloridas y encantadoras texturas, según figura en el catálogo realizado para la muestra.

En total son unas cuarenta piezas en formato de 20x20 y de 100x200, que José Alberto López pinta a modo de códices medievales, con un tono entre onírico e irreal, trasladando así al espectador a una tierra de leyenda como puede ser Atlántida.

Completa esta exposición dos textos en vinilo del escritor Jesús Maeso de la Torre y del comisario Paco Cano.

No es hasta finales de junio cuando el pintor de paisajes urbano Ricardo Galán Urréjola invade este rincón del sur con representaciones de todo el continente. La Unión Europea, nuestras ciudades, es el título de la exposición con la que llega a finales de junio. Las piezas, de gran formato en su mayoría, importan escenas de las más relevantes capitales europeas, todas perfectamente reconocibles, añade el autor de San Fernando, lo que ha entrañado mayor dificultad a la hora de abordar esta misión. "Cada una de las ciudades que he pintado debía ser al mismo tiempo representativa, identificable y, además, estar en consonancia con mi estilo de pintura. En definitiva, complicado", asevera Ricardo Galán Urréjola.

El espíritu con que impregna esta exposición es la "realidad cultural que ha soldado e intercomunicado a todos nuestros países, creando una gran realidad en todos los ámbitos en los que nos movemos y desenvolvemos, como nunca antes lo habían podido hacer los ciudadanos europeos", explica. La ciudad, añade, "el gran invento humano, es la que sirve en este caso como vehículo de interacción", dice.

La colección se completa con una serie de bocetos preparatorios realizados a lo largo de los tres años que Galán Urréjola lleva inmerso en este proyecto.

Comisariada por Rafael Benot, la exposición se estrena en Cádiz, para luego comenzar a itinerar por varias capitales de la Unión Europea, haciendo una primera escala en Madrid, pasando probablemente por París y Amsterdam. Entre los planes de Urréjola aparece el Parlamento Europeo de Bruselas como destino definitivo y sede permanente de esta muestra urbana de las ciudades de Europa.