“La violencia del narco va a seguir creciendo”
Ana Villagómez | Fiscal Antidroga de Cádiz y Coordinadora Antidroga de Andalucía
Alerta del auge de la cocaína, las armas de guerra y la crueldad de las bandas, y reclama más medios para frenar una amenaza que se desborda
Cocaína: Conexión Cádiz
Ana Villagómez es fiscal Antidroga de Cádiz y coordinadora Antidroga de Andalucía. En una entrevista concedida a este medio analiza la escalada del narcotráfico, el auge de la cocaína, la violencia creciente de las bandas y los retos judiciales y sociales para frenar una amenaza que desborda a la provincia de Cádiz y al resto de la región.
Pregunta.–En la memoria anual de la Fiscalía General del Estado se alerta de la creciente estética paramilitar y el uso de armas por parte de las organizaciones. ¿Hasta qué punto es preocupante?
Respuesta.–Es muy preocupante porque estamos viendo cómo la violencia aumenta a medida que se introduce cocaína por las mismas vías que antes se utilizaban solo para el hachís. En 2025 ya hemos registrado asesinatos, torturas y ajustes de cuentas en muy poco tiempo. Todo apunta a que irá a más. Hemos visto cómo ha aumentado la violencia paulatinamente. Y ya este año, incluso en el último trimestre, ha habido varios ajustes de cuentas, un asesinato en Chiclana, torturas en Puerto Serrano, una persona a la que tiraron por un puente. Me temo que esto va a seguir creciendo.
P.–¿Qué medidas serían necesarias para frenar esa escalada?
R.–Reforzar los medios en todos los frentes: fiscales, jueces, juzgados de instrucción y audiencias. También aumentar la seguridad de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, que se enfrentan a organizaciones muy violentas y bien equipadas. Hablamos de bandas que son verdaderas organizaciones que se dedican a robar droga y a usar la violencia para ello. El hecho de que lleven estos distintivos de las fuerzas y cuerpos de seguridad da lugar a que cuando realmente son agentes no se lo creen y responden también con violencia, como ya ha pasado tantas veces. Todo esto está generando mucha inseguridad y mucho miedo a que luego pasen cosas más graves.
P.—En otros países, como hemos visto recientemente en EEUU, se ha llegado a disparar contra narcolanchas. ¿Es una posibilidad en España?
R.–No. Estamos en un Estado de derecho y no podemos hacer ese tipo de cosas. Solo cabe disparar en legítima defensa. Intentar inutilizar un motor desde una embarcación en movimiento es un riesgo enorme, podría costar vidas inocentes. El Ministerio de Interior es quien debe valorar los riesgos y puede que haya riesgos para las personas que viajan en la narcolancha si se dispara a los motores.
P.–La cocaína parece haberse convertido en la gran protagonista del narcotráfico en el Bajo Guadalquivir. ¿Por qué?
R.–Porque hay una sobreproducción en Colombia y otros países productores, lo que ha abaratado los precios. Eso dispara el consumo y multiplica las rutas de entrada por Andalucía, desde el Guadalquivir hasta Barbate o Málaga. El mercado nunca se desabastece: entra mucho más de lo que se incauta. Ante las medidas de protección que han puesto algunos puertos en Europa, como Amberes, los narcos han cambiado la ruta, ahora están utilizando las rutas del hachís y lo que hacen es que envían los barcos, en mitad del Atlántico va una narcolancha y los trae por estas zonas, por Huelva, por Sanlúcar, Barbate y hasta Málaga. Ahora mismo se está viendo que son continuos esos desembarcos y eso está produciendo que estemos alertas porque cada vez hay más consumo, y si es más barato la gente va a consumir más.
“La cocaína se ha convertido en la gran protagonista del narcotráfico andaluz”
P.–Estamos asistiendo también a una alarmante proliferación de armas de guerra entre los narcos. ¿De dónde proceden?
R.–En su mayoría de países del Este, a través de tráfico internacional. Cada vez es más común encontrarlas en los alijos. Y esas armas, que adquieren para enfrentarse entre ellos, pueden terminar usándose contra las fuerzas de seguridad, como ya hemos visto.
P.–Hay imágenes que dan auténtico pavor.
R.–Sí, porque se ve que son personas que van perfectamente organizadas, con pasamontañas, con armas de guerra, con todo tipo de protección, tienen dispositivos de seguimiento y un montón de medios que son como los que tiene el Estado, o mejores incluso.
P.–Y no hacen prisioneros. La crueldad también aumenta.
R.–Pues sí, ya hemos visto esta semana de lo que son capaces para recuperar 200 gramos de cocaína, semejantes torturas. Pero es que si es un pequeño traficante le robarán poco, si son más grandes, pues le roban más.
P.–¿Qué zonas de la provincia de Cádiz están más afectadas actualmente?
R.–Toda la costa. Barbate, Sanlúcar, Chiclana, El Puerto de Santa María… Ninguna localidad costera se libra. Las narcolanchas y el petaqueo están muy extendidos. Las narcolanchas están en toda la zona de esta provincia, pero también en el resto de Andalucía.
P.—Precisamente el petaqueo, el suministro de gasolina a las narcolanchas, ha generado debate judicial. ¿Cómo está la situación?
R.–Todavía no hay un criterio uniforme. Hay jueces que lo consideran delictivo y otros no, lo que genera inseguridad jurídica. Sin gasolina no hay narcolanchas, por eso es fundamental que se tipifique con claridad.
P.–La Fiscalía Antidroga ha sido punta de lanza a la hora de pedir penas más duras para los petaqueros.
R.–Este año ha sido esa la brecha que intentamos salvar, la de conseguir que se condene por esas conductas, pero todavía no tenemos ninguna sentencia. Ha habido una en Almería, pero que ha condenado por un delito de riesgo, porque lo que pasó fue que la embarcación tiró al mar las petacas y ahí tenemos un posible delito contra el medioambiente. Nosotros aquí tenemos resoluciones contradictorias, todavía no hay nada definitivo, hubo un pleno en la Audiencia que estimaron que sí que podría considerarse que esa conducta era delictiva, pero hay magistrados que no están de acuerdo y están poniendo a personas en libertad, otros están en prisión.
P.–¿Confía en que las penas vayan endureciéndose en el futuro?
R.–La semana que viene hay una junta de la Fiscalía Antidroga de toda España en Salamanca y vamos a tratar este tema para unificar todos los criterios de todas las zonas de la costa de Andalucía, que es donde más está pasando esto, no sé si en otros lugares también, en Galicia o en el Mediterráneo también pasará, porque las narcolanchas necesitan gasolina, y donde hay narcolanchas tiene que haber este tipo de actividades.
P.–¿El fenómeno del narcotráfico en Cádiz es comparable al de otros países europeos?
R.–Sí. Somos país de tránsito hacia toda Europa y trabajamos en investigaciones transnacionales. En Italia, Países Bajos o Suecia se viven problemas similares. Allí hay las mismas organizaciones para distribuirla y para que al final llegue a los consumidores. De hecho muchas de nuestras investigaciones son transnacionales, se mezclan con la policía que investiga en otros países, y se ve perfectamente que son redes muy amplias de personas hasta que la droga llega al consumidor final.
P.–¿Se está traficando menos con hachís?
R.–No, yo creo que se está traficando también con hachís. Diversifican el negocio. Incluso al tráfico de inmigrantes, que en ocasiones se ha visto como son las mismas organizaciones las que traen a personas desde las costas de África.
P.–El cultivo de marihuana ha crecido de forma espectacular en Andalucía. ¿Les preocupa?
R.–Mucho. En la Sierra y en municipios como El Puerto de Santa María o Chiclana proliferan plantaciones en viviendas y naves. Es un negocio muy rentable, con penas relativamente bajas. Hemos pedido endurecer las condenas cuando hay defraudación de fluido eléctrico para cultivar marihuana, porque a veces son cantidades elevadas, de 15, 18 mil euros. Mayormente son delincuentes primarios y las penas no son tan altas, porque aunque la plantación sea muy grande, hay que deducir cuánta sería la cantidad seca que se podría vender, y la pena puede ser de un año de cárcel.
P.–Después de los terribles sucesos de Barbate, hubo quien dijo que iba a suponer un antes y un después. ¿Esto es así o todo continúa igual?
R.–Es verdad que ha habido un refuerzo para los juzgados de Barbate, pero Barbate necesitaría otro juzgado más, porque lo que pusieron fue un juez de refuerzo, que es un juez sustituto, y un funcionario de apoyo. Pero Barbate, aparte de este asunto del asesinato de los guardias civiles, tiene muchas causas de narcotráfico y asuntos antiguos que son importantes. Necesitaría un juzgado nuevo.
P.–¿Eran menos violentos los narcos españoles hasta la llegada al negocio de gente del Este y Sudamérica?
R.–Yo no sé si es por eso o si es porque las nuevas generaciones ya no tienen tanto respeto por las reglas del juego, pero la realidad es que es así. Antes, si te detenían decías: ya me han pillado, pero es que estos nuevos narcos son mucho más peligrosos y violentos. Puede ser también por las series de televisión, por las redes sociales... pero la realidad es que ocurre.
P.–¿Quiénes mandan en el narcotráfico del Guadalquivir, los capos sevillanos o los gaditanos?
R.–Hay de todo. Hay muchas organizaciones de Sevilla, claro, muy fuertes, incluso muchas que están asentadas allí que son las que se dedican a dar los vuelcos, pero en Cádiz seguimos con nuestras organizaciones fuertes, del Campo de Gibraltar, que siguen ahí, porque no se van a ir. Aunque hagan las descargas por otras zonas, se detecta que siguen ahí. Y luego están las organizaciones que están por la costa, que son las que van colaborando para las descargas, para las guarderías, para el detaqueo.
P.–¿Qué se puede hacer con la demanda de drogas, especialmente entre los jóvenes?
R.–Ahí entran las campañas de prevención y educación, que dependen del Ministerio de Sanidad. Nosotros actuamos cuando todo lo anterior ha fallado. La prevención es básica para reducir la demanda. Habría que realizar campañas en los colegios, con los jóvenes, para que sepan qué consecuencias tiene el consumir drogas. Y no solo la cocaína, todas las drogas de diseño. Que eso es una barbaridad, porque cada vez van surgiendo nuevas y con mayores efectos.
P.–Si importante es incautar droga, tanto o más lo es quitarles el dinero.
R.–Es lo que a ellos les importa. En algunos países incluso los fiscales dicen que no les interesa tanto coger la droga como cogerles el dinero. Y es verdad, porque aquí le coges la droga, pero es que van a mandar más. Eso ya está en su lista de pérdidas. Si están mandando 13.000 kilos en un contenedor, ¿cuánta droga no tendrán? Y cuanto más dinero tienen, más posibilidades hay de corrupción a todos los niveles.
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