La violencia del narcotráfico en Cádiz: Tres días de tortura sádica a un hombre de Puerto Serrano en busca de la droga perdida
A un joven vecino de Puerto Serrano le golpearon, cortaron y hasta le aplicaron una irrigación de un lavavajillas concentrado para que expulsara la droga que había comprado en Dos Hermanas
Narcotráfico en Cádiz: Secuestrado y torturado en Puerto Serrano durante tres días por un alijo perdido
Deben pasar lentos los minutos cuando estás atado a una silla y varios tipos te están haciendo perrerías. Golpes, cortes, vejaciones de todo tipo, desde obligarte a comer tus propias heces hasta introducirte por el recto agua caliente con Fairy para intentar hacerte expulsar de tu organismo lo que ya no está ahí. Y así un minuto y otro. Hasta cuatro mil. Tres días de tortura y secuestro a manos de siete hombre y dos mujeres que, según la investigación de la Guardia Civil, se reían viendo el sufrimiento que sus parejas y otros miembros de la banda infligían a su cautivo. Sólo el hecho de tener niños pequeños a su cargo, y el ingreso en prisión de sus parejas, las ha librado del trullo.
La desgracia para este vecino de Puerto Serrano comenzó con un viaje a Dos Hermanas (Sevilla) para comprar heroína y cocaína junto a un compadre. Su papel de mula en la organización no debía de ser más complicado que traer de vuelta, dentro de su cuerpo, un par de centenares de gramo de droga bien encapsulados. Pero al regresar al pueblo serrano algo se torció.
Los dos emisarios volvieron a Puerto Serrano y se metieron en un narcopiso para poder desembarazarse de su carga. Allí se toparon con otras personas ajenas al grupo y, misteriosamente, parte de la droga desaparece. Sus socios, poco dados a creer en las divisiones milagrosas, no se tragan que la disminución del material se deba a una evaporación involuntaria y deciden que ha llegado el momento de ponerse serios. Así que se remangan, atan a su tozuda mula a una silla y deciden que van a hacerle pasar las horas más difíciles de su vida.
De momento le aplican seis lavativas, una detrás de otra, para acabar con su estreñimiento. A falta de kiwis y ciruelas, y viendo que la droga no aparece, empiezan a golpear al infortunado. Le realizan pequeñas incisiones y lo torturan de la manera más escatológica y repugnante que uno pueda imaginar. Tras muchas horas de tortura, y ante la nula eficacia de los laxantes y las lavativas, deciden aplicarle una irrigación de agua caliente con Fairy, un conocido lavavajillas concentrado que tampoco surte el efecto necesario. Es entonces cuando comienzan a introducirle por el ano objetos punzantes, provocándole un martirio que le sería difícil de describir hasta a Goya en su serie de Pinturas Negras. No contento con eso, cuando reclama algo de beber sus captores le dan cemento y le hacen tragar polvo de carbón.
El 28 de agosto, tras tres largos días de torturas, la Central Operativa Compleja alertó de que una persona había entrado en una vivienda de Puerto Serrano. Al llegar, una patrulla de la Guardia Civil encontró en estado lamentable al joven vecino, de 43 años, que relató su tormento y la forma en que había conseguido desahacerse de sus ataduras y escapar. El hombre fue trasladado primero a un centro de salud y después al hospital de referencia, aunque en un principio se mostró reticente a dar detalles por miedo a represalias.
Con la información recopilada y tras comprobar la veracidad de su testimonio, los investigadores solicitaron órdenes judiciales de entrada y registro. En la madrugada del 4 de septiembre, casi un centenar de agentes irrumpieron en los domicilios de los principales implicados. El operativo culminó con ocho detenciones, mientras que uno de los objetivos logró escapar y continúa fugado.
A los arrestados se les imputan los delitos de secuestro, torturas, lesiones, tenencia ilícita de armas y tráfico de drogas. La operación Trepamuros ha sido desarrollada por el Equipo de Policía Judicial de Arcos de la Frontera, con el apoyo del Grupo de Reserva y Seguridad número 2 de Montequinto, la Compañía de Villamartín, la Unidad de Seguridad Ciudadana, el Servicio Cinológico y el Equipo Pegaso.
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