"El trabajo de hombres y mujeres aquí es el mismo"

Desde el buque Galicia, su destino entonces, Eva María Ara Montojo veía tomar vuelo a los helicópteros Agusta Bell 212 de la Tercera Escuadrilla de la Flotilla de Aeronaves de la Base Naval de Rota. Ahora, esta sanroqueña de 32 años, casada y con dos hijos, es la única oficial de esta escuadrilla y una de las pocas de la Armada en la provincia.

-¿Cuál es su trabajo del día a día en la Base?

-Llevo el control del material de mantenimiento de aeronaves dentro del destino y el destino informático de la escuadrilla. Aquí empezamos el día reuniéndonos todos los oficiales junto con el jefe de escuadrilla para hacer los planes de vuelo y trabajos previstos para la jornada. Además tratamos los asuntos de interés para la escuadrilla como maniobras o misiones previstas. Y después cada oficial acude a su destino o se prepara para el vuelo que tenga. -¿Por qué decidió entrar en las Fuerzas Armadas?

-Siempre me ha atraído este estilo de vida y los valores que defiende la institución militar. Ingresé en 1997, estuve tres años formándome en la Escuela Naval Militar, y soy teniente de navío de la Escala de Oficiales del Cuerpo General de la Armada.

-¿ Y encuentra alguna diferencia con los hombres dentro de la Armada?

-El trabajo de hombres y mujeres aquí es el mismo. El trato es bueno y los hombres se están acostumbrando cada vez a más a las mujeres, aunque a nivel oficial y suboficial todavía somos pocas.

-¿Cree que es más difícil ser oficial siendo mujer?

-Ser oficial presenta dificultades tanto en hombres como en mujeres. En algunos aspectos sí es más duro, por ejemplo en los puestos que requieren esfuerzo físico ya que por lo general a nosotras nos cuesta más y tenemos que dedicar más tiempo para mantener una buena forma física.

-¿Cómo le ven sus subordinados?

-Supongo que habrá de todo. A unos le gustará mi condición de mujer/mando y a otros no, pero hasta ahora siempre he recibido buen trato y buen resultado de la gente con la que he trabajado. De hecho, les tengo mucho aprecio.

-¿Han cambiado mucho las cosas en la Armada desde la entrada de la mujer hace 20 años?

-Nuestra situación está mejorando y se está regularizando poco a poco. Por una parte la habitabilidad en los buques ha mejorado. Las medidas que se están tomando para facilitar la conciliación de la vida familiar y laboral se llevan a cabo y suponen una gran ayuda. Y el trato diario en el trabajo entre hombres y mujeres no es una novedad y se lleva con normalidad.

-¿Y cómo se las arregla para compatibilizar su vida laboral y familiar?

-Mi marido también es militar, tengo dos hijos de siete meses y dos años y tengo un trabajo que me gusta. Se están creando medidas para ello, aunque en algún momento he tenido que sacrificar una vida a favor de la otra. En mi caso, tengo a mis hijos en la guardería que ha abierto Defensa en la Base y tengo una hora de reducción de jornada por lactancia de un hijo menor de 12 meses. La Armada procura también que uno de los dos, mi marido o yo, esté en casa, cuando el otro, a lo mejor, está de misión.

-¿Cuál es su meta dentro de la carrera militar?

-Aspiro a realizar mi trabajo con dedicación y esfuerzo, y asumir cada vez mayor responsabilidad.