Provincia de Cádiz

Una última sesión marcada por las protestas de vecinos de los polvorines

  • Los pequeños propietarios de Punta Cantera exigen a la salida del pleno un precio justo sobre sus terrenos · Las ordenanzas fiscales son otro motivo de enfrentamiento

Una estampa inusual coloreó ayer la última sesión plenaria del año. Vecinos de los polvorines de Fadricas, los conocidos como pequeños propietarios, asistieron al debate sobre el estado de la ciudad interesados en la aprobación del tercer punto del orden del día: la resolución de los recursos de reposición interpuestos contra el acuerdo de aprobación definitiva del proyecto de delimitación de terrenos de Punta Cantera para su incorporación al patrimonio municipal de suelo.

Esta aprobación suponía rechazar las objeciones de estos vecinos al proceso de expropiación que el Ayuntamiento ha iniciado en la zona, que se reparte a medias entre la familia Vela de la Flor y el Ministerio de Defensa, pero que también inmiscuye a un grupo de propietarios a los que no les queda claro su futuro. Así se lo hicieron saber al alcalde, Manuel de Bernardo, durante el debate sobre este punto, pero sobre todo al término de la sesión.

Porque lo esperaron en la puerta para recordarle algunas de las condiciones que ellos ponen a la negociación. Quieren más reuniones, más información y no se despojarán del suelo si no se les paga debidamente, le dijeron. Junto a De Bernardo, el concejal de Planeamiento, Pascual Junquera, también intentaba aplacar los ánimos. Pero los ánimos estaban ya encendidos, desde el mismo momento en que el edil socialista Carlos García Caballero pidió el turno de palabra cuando el asunto saltó al orden del día.

"La inclusión de estos pequeños propietarios en este proceso es tremendamente injusto", comenzó. Porque el suelo, clasificado como rústico para la negociación municipal del precio, tiene acceso rodado, suministro eléctrico y de alcantarillado. Cumple las condiciones para un suelo urbano, a juicio de los socialistas. No es rústico, es urbano. Pero entonces su valor sube, y el Ayuntamiento tendría que pagar más. Los vecinos temen que esta cantidad no sea la suficiente. "La Casería no la regalamos", se escuchó.

La réplica se la dio Junquera, quien criticó las duras palabras del concejal socialista y lo acusó de que sus declaraciones no respondían a los intereses de la ciudad. "Llegaremos a un acuerdo, Pedemonte (Carmen) y el alcalde lo conseguirán, pero serán ustedes los que después se pongan la medallita", respondió.

Junto a éste, fue un segundo asunto del orden del día el que también causó el mayor enfrentamiento, las aprobaciones definitivas de las ordenanzas fiscales del Ayuntamiento y la Gerencia de Urbanismo. Fue en este caso el edil socialista Fernando León quien tomó la palabra. "Lo grave de su política recaudatoria es que no se traduce en actuaciones como el alcantarillado o el transporte público", apuntó. A lo que respondió la edil de Economía, Mercedes Espejo: "Lo que dicen es demagogia una vez más porque si no les gustan las ordenanzas, ¿dónde están las alegaciones?".

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