La regata de botellón de Puerto Sherry

Pioneros del Turismo (IX)

El empeño de Pedro Bores hizo posible desatascar el galimatías que tenía paralizado desde los 80 el puerto deportivo que hoy es destino de turismo de borrachera

Pedro Bores en la presentación de lo que iba a ser el segundo hotel de Puerto Sherry en 2008.
Pedro Bores en la presentación de lo que iba a ser el segundo hotel de Puerto Sherry en 2008. / Fito Carreto
Pedro Ingelmo

10 de agosto 2025 - 07:00

QUE hoy se asocie Puerto Sherry al turismo juvenil de borrachera seguramente sorprendería a Pedro Bores, el economista sevillano que hizo posible, junto al constructor jerezano Joaquín Rivero, que se desbloqueara el galimatías administrativo que tenía paralizado un proyecto pensado para los amantes de los balandros desde 1984. Fue entonces, en una Nochebuena, cuando se puso la primera piedra del puerto deportivo por iniciativa de un ayuntamiento que soñaba con hacer en El Puerto un nuevo Puerto Banús, como el de Marbella con toda su biutiful pipol. Tan claro se vio el negocio que un inversor británico que cotizaba en la Bolsa de Londres, Brent Walker, se hizo con las riendas del proyecto y se creó la empresa Marina del Puerto, cuya gestión fue tan catastrófica como la del propio grupo inversor, que se fue a la quiebra en 1993.

Al Perico Bores de 1994, que se metió en el fregado de sacar adelante lo que los ingleses habían dejado empantanado, ya no le puede sorprender nada porque cuando iba terminando el septiembre de 2011 tuvo un tropezón fatal mientras realizaba un descaste en su finca de caza cordobesa de ElPedrique. La escopeta se le disparó y el proyectil se alojó en su pecho. Agentes del Seprona encontraron su cuerpo recostado bajo una encina. Tenía 61 años.

Tres años antes, en 2008, Bores había conseguido lo imposible: desbloquear todas las trabas para que la Autoridad Portuaria le permitiera gestionar 900 atraques para yates de doce metros en una dársena exterior. Para ello, lo que hizo fue contratar al mismísimo director de la Autoridad Portuaria (estatal) como gerente de Marina del Puerto (privada).

Bores consiguió que la Autoridad Portuaria le permitiera gestionar 900 atraques

Bores era un tipo muy especial y, a ratos, caprichoso. Y Puerto Sherry se convirtió en uno de sus caprichos. Era un rebelde dentro de las familias de la alta burguesía sevillana, a la que pertenecía de cuna. Estudió Económicas en Málaga y se convirtió, siendo muy joven, en el niño bonito de las tertulias de Luis Ángel Rojo, que llegaría a ser gobernador del Banco de España.

Su indudable valía intelectual no le cegaba en el verdadero objetivo de un economista ambicioso, que es convertir en hechos las teorías y, por tanto, hacer fortuna. Y la hizo. Se fue a trabajar a la City londinense y tuvo un brillante paso por Río Tinto, especializándose en el mercado de materias primas. Fue fichado por Marc Rich (cuyo apellido que él mismo se inventó lo dice todo), uno de los mayores tratantes de petróleo de la segunda mitad del siglo XX. Rich, un refugiado belga de la II Guerra mundial en Estados Unidos, enterró a Bores en millones. Lo contaba el propio Bores. Rich estaba absolutamente encandilado con ese sevillano.

Bores también cultivó amistades en su ciudad. Era muy buen amigo de Felipe González, Manuel Chaves y Amparo Rubiales, la crema del socialismo andaluz que durante los 80 y primeros 90 marcaba el paso del país y los negocios del país. Pelotazo fue la palabra que se puso de moda.

Casi un año después de la muerte de Bores, en julio de 2012, Puerto Sherry celebró su primera Semana Clásica, que recibe desde entonces el nombre de Memorial Pedro Bores. Este fue uno de los empeños del empresario y, en buena medida, lo que le movió a implicarse en el puerto deportivo. Bores había sido uno de los creadores de la Fundación Isla Ebusitana, cuyo objetivo era la vela clásica y el patrimonio histórico naval. En aquel evento, que coincidía con los actos del Bicentenario de la Constitución de Cádiz, participaba el Hispania, construido por encargo de Alfonso XIII en 1909 para que España acudiera a las regatas de la época con una embarcación decente. La Fundación de la que era patrono Bores había contribuido a su rehabilitación y su atraque sería Puerto Sherry. Sólo unas semanas antes de su mortal accidente de caza, Bores estaba en Montecarlo a bordo del Hispania en la Monaco Classic Week con toda la pompa que él quería importar para El Puerto.

El pasado 28 de julio más de un centenar de vecinos de El Puerto -no muchos, es cierto- se concentró en Puerto Sherry para protestar contra los ‘disco chiringuitos’ que congregan cada noche a miles de jóvenes para hacer del puerto deportivo pensado por Bores un gigantesco botellón.

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