Un paseo de sol y sal por la Bahía

Diputados, parlamentarios y senadores socialistas realizan una visita a dos de las pocas instalaciones sanileras que continúan funcionando de manera artesanal: la de La Esperanza y la de San Vicente

María Esquivel / San Fernando

28 de julio 2010 - 07:09

Con las visitas que ayer realizó el PSOE a las salinas de La Esperanza y de San Vicente, ubicadas, respectivamente, en los términos municipales de Puerto Real y de San Fernando, la formación buscaba conocer de cerca la realidad de un oficio tradicional venido a menos en los últimos tiempos.

Con esta iniciativa, el partido pretende renovar su compromiso con la ampliación de la ley sanitaria para comercializar los productos procedentes de las salinas tradicionales. Dos de los políticos socialistas que más han tratado este tema han sido Luis García Garrido y María Cózar, que ayer visitaron ambas salinas. Se trata, en palabras del senador Luis García Garrido, de "apostar por un producto que tiene gran demanda en el mercado con una máxima garantía". Esta iniciativa surgió a raíz de los estudios comparativos realizados por la UCA (Universidad de Cádiz) en cuanto a la legislación española y la de los países colindantes -más permisiva con los niveles de cloruro sódico- sobre la explotación de este producto.

La diputada María Cózar, de esta manera, reconoció los beneficios del producto salinero recogido como antiguamente: "La sal no es sólo un producto de consumo sino un producto ecológico ya que para su producción sólo se necesita agua, sol y viento, además tiene valores añadidos al emplazarse las salinas dentro de un parque natural", afirmó.

A pesar de que el levante ha estado presente en todo momento, diputados, senadores y parlametarios andaluces del PSOE disfrutaron ayer de una visita guiada por las salinas que incluyó las explicaciones a cargo del titular de la de San Vicente, Manuel Ruiz, así como una demostración de la tradicional extracción de la sal, durante la cual algunas diputadas no dudaron en aprovechar la ocasión para meter las manos en el agua de las salinas al advertir de sus propiedades exfoliantes el guía de esta peculiar visita. Acto seguido, asistieron a un despesque y un almuerzo que se desarrolló en la misma salina. Tras la visita, los miembros del PSOE acabaron muy satisfechos del recorrido y ratificaron su compromiso con la necesidad de potenciar la tradición salinera de la zona.

Esta forma de explotación ha ido cayendo en desuso. Si en el pasado, a lo largo de toda la Bahía de Cádiz se encontraban aproximadamente 136 salinas, ahora apenas quedan en funcionamiento seis.

Los salineros lo que buscan es apoyo político para poder acceder al mercado por ellos mismos, no como en la actualidad que sus productos han de pasar primero por empresas de Francia o Portugal para poder comercializarse dentro de España. Además de la recuperación de las salinas tradicionales .

Entre las mejoras que pretende conseguir el grupo socialista destaca la formación de profesionales en ese campo y la posible concesión de parte de las 5.500 hectáreas de salinas de la Bahía para su explotación de manera artesanal. La salina de San Vicente, además, es pionera en cuanto a la venta de sus productos se refiere. Están intentando comercializar la llamada espuma de sal y la flor de sal, de gran importancia desde la época romana. Productos más saludables, siempre que se tomen en su justa medida.

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