Un parque natural con historia
El 12 de febrero de 1985 el BOJA publicaba el Decreto 316/1984 por el que se declaró el Parque Natural Sierra de Grazalema. Era el primer parque natural de Andalucía, una región que sólo contaba con dos espacios naturales protegidos: el Torcal de Antequera, declarado en 1929 como Sitio Natural de Interés Nacional, y el Parque Nacional de Doñana, declarado en 1969.
Esta apuesta por los parques naturales sería la seña de identidad de la política de espacios naturales de la Junta de Andalucía. Tras la Sierra de Grazalema, se declararon otros parques naturales, como Cazorla, Segura y las Villas y Cabo de Gata, culminando en junio de 1989 con la aprobación por el Parlamento de Andalucía de la Ley 2/1989 de Inventario de Espacios Naturales Protegidos, que incluía 22 parques naturales.
Este parque natural fue pionero en todo, hubo que organizar una administración propia, aprobar normas que garantizaran la protección de sus valores naturales, históricos y etnológicos, y regularan los usos de sus recursos.
Y no fue fácil. La población local percibió el parque como algo impuesto que limitaba las posibilidades de explotación agrícola y ganadera. Tampoco ayudaron los bulos, como que la Junta iba a expropiar sus fincas, o que se iba a prohibir cultivar o tener ganado. A la gestión de un espacio tan amplio, con 53.411 hectáreas, se tuvo que unir una labor de explicación a la población y a los ayuntamientos de lo que suponía un parque natural y de las oportunidades que se abrían al desarrollo de unos pueblos en declive económico y demográfico.
40 años después, es evidente que el parque natural ha contribuido a la conservación de su rica biodiversidad, con un aumento sustancial de la superficie de los pinsapares, y al desarrollo socioeconómico de los municipios de la zona, potenciando el valor de sus productos agropecuarios y fomentando un turismo rural que ha beneficiado a buena parte de la población.
Y este parque, tal y como lo conocemos, no habría sido posible sin la actuación de Ecologistas en Acción, la única entidad que se opuso a la especulación urbanística -fomentada por promotores, ayuntamientos y la propia Junta de Andalucía-, que ha conseguido preservar la tipología tradicional de la mayoría de los pueblos blancos, uno de los principales atractivos de este parque natural, y evitar macrourbanizaciones con campos de golf que hoy formarían parte de su paisaje. Esta oposición contundente a la especulación y a la corrupción urbanística provocó importantes represalias mafiosas contra los ecologistas.
Ecologistas en Accion pidió a los responsables de la Consejería de Sostenibilidad que tuvieran alturas de miras, que contaran con la más amplia participación de las administraciones y entidades sociales en la conmemoración del 40 aniversario. No ha sido posible. El sectarismo de los actuales responsables de esa Consejería les ha llevado a marginar a quienes hicieron posible este parque natural, intentando monopolizar esta conmemoración cuando el PP se opuso a su declaración, como lo ha hecho con todos los espacios naturales protegidos.
Este parque natural no hubiera sido viable sin el esfuerzo de adquisición de montes por el ICONA, que se prolongó en los primeros años del parque natural. La Junta de Andalucía ha desistido de aumentar el patrimonio público forestal, renunciando al derecho de tanteo que le hubiera permitido adquirir fincas tan valiosas como el pinsapar de la sierra del Hinojar. También se ha opuesto a la ampliación del parque natural a la sierra de Líjar. Hubiera sido una bonita forma de conmemorar este aniversario.
La mayor amenaza al parque natural es la actitud de la actual dirección del parque natural y de la Consejería de Sostenibilidad de incumplir la Directiva Hábitats y la legislación básica estatal de planes de ordenación de los parques naturales. En 2006 este parque natural se incluyó en la Red Natura 2000 de la UE. Pero el que fuera un parque pionero, es el único de Andalucía que no cuenta con un plan de ordenación de recursos naturales adaptado a la Directiva Hábitats. Más aún, la Junta de Andalucía viene mostrado una inexplicable insumisión a aplicar la normativa estatal y comunitaria y la jurisprudencia del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional que obligan a la evaluación ambiental de todos los proyectos que se desarrollan en la Red Natura 2000 y a proteger la totalidad del parque natural como suelo no urbanizable de especial protección. Para celebrar el 40 aniversario, la Junta ha aprobado la recalificación de 81.470 m2 del parque natural para construir viviendas, hoteles y naves industriales.
Es hora de abrir el parque natural a iniciativas ciudadanas y garantizar una participación social e institucional real, de ampliar sus límites y el patrimonio público forestal, de recuperar las especies extinguidas -como quebrantahuesos y lobos-, de fomentar el sector agropecuario para no convertirlo en un parque temático para turistas, de blindarlo contra la especulación urbanística y de adaptarlo a la normativa de protección de la Red Natural 2000.
Juan Clavero Salvador es catedrático de Biología y licenciado en Geografía. Fue el primero director del parque natural Sierra de Grazalema.
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