El mayor buque de la Armada afrontará una reforma de varios meses en Navantia Puerto Real
El 'Juan Carlos I' sustituirá su sistema de propulsión, con obras desde este verano hasta diciembre
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El mayor buque de la Armada, el Juan Carlos I, encarará este verano unas obras que se alargarán durante cinco meses, con el cambio de su sistema de propulsión como hito más destacado. Según confirmaron desde la marina española, el buque entrará en el astillero de Puerto Real a mitad de julio, con una varada de tres meses, y luego un conjunto de obras hasta el 15 de diciembre.
Así, además de los "recorridos habituales de una varada reglamentaria", el portaeronaves afrontará la sustitución de su sistema de propulsión, por valor de unos 30 millones de euros, una importante operación que el Gobierno autorizó en noviembre de 2022. "Esta es la solución que se ha mostrado más eficaz para asegurar la capacidad operativa más eficiente del buque", rezaba la referencia del Consejo de Ministros.
Como apuntaron desde Navantia meses después, la reparación se llevaría a cabo en los astilleros de la Bahía de Cádiz. Finalmente se hará en la factoría de Puerto Real, como han apuntado ahora la Armada a este medio, con la entrada prevista para la segunda quincena de julio.
Los trabajos, "desde el punto de vista técnico si serán importantes por lo que supone el reemplazo de su medio de propulsión", explicaron. "El resto de acciones de mantenimiento serán de la misma entidad que en anteriores ocasiones". El buque Juan Carlos I es un buque eléctrico que cuenta con dos propulsores POD, unidades que integran el motor y las hélices, y que serán cambiados.
El barco de la Armada, el mayor buque de guerra construido en España, ha participado este año en el tercer despliegue del grupo Dédalo, que terminó a mediados de marzo su primera fase. A principios de junio participará en los actos por el Día de las Fuerzas Armadas, que este año tienen sus celebraciones principales en Canarias. Luego estará en el ejercicio Sinkex, integrándose de nuevo en una nueva fase del grupo expedicionario de combate Dédalo hasta julio, cuando volverá a la bahía gaditana para iniciar su periodo de obras.
Varadas en Cádiz y Puerto Real desde 2015
El mantenimiento del mayor buque de la Armada, hecho en Ferrol y con base en Rota, se ha venido realizando en los astilleros de Navantia tanto en Cádiz como de Puerto Real. Fue en 2015 cuando el Juan Carlos I entró por primera vez para una varada programada, que se hizo en los astilleros de Cádiz, con casi dos meses de faena. En 2017, volvía a entrar para unas reparaciones y una pintura completa de su cubierta de vuelo, con unos 45 días de trabajos. En 2020 estuvo por primera vez en el dique de Puerto Real. Allí se realizaron otros trabajos que ya incluyeron una revisión completa del sistema de propulsión, que ya ha tenido problemas y que ahora será sustituido.
Según explica la Armada en su web, el Juan Carlos I , dado de alta en 2010, supone una herramienta para garantizar la capacidad de respuesta e influencia global a disposición del poder político, en apoyo a la creciente proyección internacional de España. Se trata de una unidad tecnológicamente avanzada, interoperable, adiestrada y alistada, lo cual le permite actuar con garantías de éxito en escenarios muy variados. Está diseñado y construido íntegramente en España, por lo que se trata de una muestra más de las capacidades alcanzadas por nuestra industria de defensa y redunda en su prestigio fuera de nuestras fronteras.
El buque anfibio portaeronaves participó conforme su roll de buque logístico en la Operación ISPUHEL en 2018, proyectando por vía marítima una Unidad de Helicópteros del Ejército de Tierra y material hasta Kuwait para su integración en la operación 'INHERENT RESOLVE en Irak. Además, ha participado en multitud de ejercicios tanto de carácter nacional como internacional, destacando el ejercicio BALTOPS en 2019 en el mar Báltico; y el ejercicio MAVI BALINA en 2022 en aguas turcas del mar Egeo, en el que se certificó por parte de la OTAN al Grupo Anfibio y de Proyección de la Flota (GRUPFLOT) para ejercer en el futuro el mando de la fuerza anfibia de la Alianza. Con el grupo expedicionario Dédalo, que afronta su tecer despliegue, es capaz de operar en escenarios lejanos, durante largos períodos y con una amplia capacidad de proyección estratégica.
El buque se diseñó con cuatro perfiles de misión: como buque anfibio, capaz de transportar a una Fuerza de Infantería de Marina para realizar un desembarco, apoyando a las operaciones en tierra; Como buque de proyección de fuerza, transportando fuerzas de cualquier ejército a un teatro de operaciones; como plataforma eventual para la aviación embarcada, sirviendo de plataforma a los vectores aéreos de proyección estratégica (el único donde despegan los Harrier); y como buque para operaciones nobélicas: apoyo humanitario, evacuación de personal de zonas de crisis, buque-hospital en zonas afectadas por catástrofes, etc.
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