Diez meses con necrosis cutánea tras una inyección en el Clínico

El paciente ha presentado una demanda penal que ha sido admitida También ha demandado al INSS por recibir el alta laboral

Imagen del glúteo necrosado a mediados de octubre.
Imagen del glúteo necrosado a mediados de octubre.
F. R. Cádiz

22 de diciembre 2015 - 05:01

Manuel Aguilar, vecino de Puerto Real, tiene 42 años. Toda su vida laboral la ha desarrollado como andamiero (oficial de primera) entre los astilleros y Dragados. El pasado mes de febrero, en plena faena, sintió una presión en el pecho. De inmediato, se dirigió al Hospital Universitario de Puerto Real. Tras un reconocimiento médico, se descartó cualquier patología urgente y se le dio el alta. Antes, se decidió aplicarle una inyección de diclofenaco, un medicamento antiinflamatorio. A partir de ese momento cambió su vida.

Hoy, diez meses después, Manuel padece una "necrosis glútea" y una "discopatía degenerativa incipiente con pequeña protusión discal L5-S1". Dicho de otro modo, según sus propias palabras: "Me pincharon en un nervio que me provocó una necrosis cutánea en el glúteo; llevo padeciendo 10 meses con dolores insufribles, con un pinchazo que me llega desde la rodilla a la cintura, tengo afectada la zona sacro ilíaca y un principio de hernia por la cojera que me ha provocado la necrosis. Un infierno", explicó a este periódico.

Ahora ha decidido poner el asunto en manos de su abogado, que ya ha presentado una denuncia por la vía penal que ha sido admitida a trámite por el Juzgado de Puerto Real. De momento, el proceso está a la espera del informe forense que determinará (como explicó a este periódico el letrado de Manuel) si se actuó de forma correcta ( lex arti) o, por el contrario, se produjo algún tipo de negligencia médica. Según lo que ocurra, la intención de la defensa de Manuel es llamar a declarar a quienes intervinieron en el proceso.

Pero esta historia no acaba aquí. Para entenderla hay que remontarse al primer día. Sólo una hora después de la inyección subcutánea de diclofenaco, Manuel notó dolor. Se miró al espejo y ya comprobó que había aparecido una mancha rojiza que le ocupaba casi todo el glúteo. Acudió al día siguiente al Hospital y, quien le atendió, asegura, le dijo que "a lo mejor te ha picado una araña y te ha hecho reacción". El dolor ya era insoportable. Así durante semanas, mientras Manuel Aguilar comprobaba cómo la carne se iba deteriorando y los pinchazos eran cada vez más insorportables. Decidió acudir al Puerta del Mar en Cádiz. Allí le dieron corticoides. Después, de nuevo en el Clínico, a la Unidad del Dolor, donde le incrementaron la dosis. El parte médico de esta afamada unidad del Hospital de Puerto Real incluía duloxetina, pregabalina, tapentadol y palexia, una mezcla que, como recuerda Manuel, "me dejaba completamente grogui y, con el tiempo, me dijeron que me afectaba al hígado y los riñones".

El caso es que, diez meses después de aquello, nadie ha sabido decirle qué es lo que tiene y qué solución requiere. "Hablé con el cirujano -asegura- y le pregunté si debía operarme. Me contestó que era decisión mía, porque no me puede garantizar que salga todo bien".

La desventura de Manuel Aguilar continúa en otro apartado, el laboral. En el mes de octubre, es llamado a revisión por el tribunal médico que, para su sorpresa, le da el alta. "Me dicen que los medicamentos que tomo no me impiden desarrollar mi trabajo; por dios, soy andamiero", asegura. Tal es el caso que su médico de cabecera, al tramitar el alta, decidió firmar "P.O." (por orden) porque, como recuerda Manuel, "me dijo que él no me daba el alta". A los pocos días, las empresas para las que solía trabajar comenzaron a llamarlo. Le ofrecieron trabajos en el Campo de Gibraltar, en la Bahía y hasta en Portugal. Cuando los responsables de selección veían su estado, lo descartaban automáticamente. Manuel Aguilar ha intentado incluso que sea revisado de nuevo por el tribunal médico, lo ha solicitado, "pero llevo esperando un mes". Así, hoy recibe tan solo la ayuda familiar de 426 euros y no sabe por cuánto tiempo.

Por ello, su abogado ha decidido presentar otra demanda laboral contra el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) para impugnar el alta laboral.

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