Y Medina Sidonia se convirtió en Belén
Miles de personas viven una jornada navideña emotiva gracias a la implicación de los vecinos y su ayuntamiento
Las imágenes del belén viviente de Medina Sidonia 2025
Érase una vez un pueblo que vivía la Navidad de una manera tan intensa que la simple pronunciación de su nombre hacía salivar los paladares pensando en almendras, en miel, avellanas, harina, canela... Este pueblo se llama Medina Sidonia, y cada año, por estas fechas, como por arte de magia, viaja en el tiempo para convertirse en el Belén que vio nacer a Jesús. Sus vecinos se disfrazan, sus semblantes se trasmutan y sus empedradas calles recuerdan a las de Judea hace dos milenios. Por no faltar, ayer en Medina no faltaron ni los romanos a las órdenes de Herodes I el Grande, aquel malage que decidió acabar con los recién nacidos para impedir que se cumpliera la profecía que hablaba de la llegada del Mesías. Miles de personas llegaron desde el siglo XXI, donde también hay imperios y guerras, para embutirse del espíritu navideño de la mejor manera posible, recorriendo esos escenarios que vemos en los diferentes Belenes andaluces pero a tamaño real, con pastores y lavanderas de verdad, con legionarios del imperio patrullando y animales tratando de dar calor con sus cuerpos a los más pequeños.
El espectáculo es maravilloso para la vista. Sólo por eso merece la pena aguardar, en lenta peregrinación, para ir subiendo hacia el casco histórico del pueblo, donde se ubicaron las escenas más buscadas.
Antes de que el Belén más gaditano, en pleno corazón de La Janda, cobrara vida, ya había largas colas de coches tratando de encontrar un aparcamiento. El Ayuntamiento había fijado para las doce de la mañana el momento en que Medina se pusiera la careta de Belén. Y hasta casi las siete de la tarde fueron muchas miles de personas las que abarrotaron sus calles embobados ante la visión que se les ofrecía.
Al contrario de lo que ocurrió el sábado, cuando el Belén Viviente de Arcos, otro de los más señeros de la provincia, tuvo que suspenderse por culpa de la lluvia, en esta ocasión la meteorología respetó y el sol lució la mayor parte del día, dando más realce aún al esfuerzo de los vecinos de la localidad. Un esfuerzo conjunto, porque en este Belén lo mismo participan los más pequeños que gente de avanzada edad. Todos con un entusiasmo y una implicación digna de resaltar.
El ambiente familiar imperó durante toda la jornada, que se vivió con tranquilidad y felicidad en una localidad que ya no sólo es conocida cuando llega la Navidad por sus dulces.
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