Un guardia civil no deja de serlo por estar fuera de servicio. Esa es la reflexión que se queda oyendo al agente de la Comandancia de Cádiz que tuvo un papel clave para la detención en Sevilla de los presuntos responsables de la muerte de una persona a la que arrojaron a una cuneta cercana a Chipiona junto a otras dos personas, que están heridas graves, en lo que se supone un ajuste de cuentas.
El agente ha relatado cómo inició la persecución por la autopista hacia Sevilla, cuando iba al volante de su coche particular en compañía de su hijo, que iba a presentarse a las pruebas para entrar en el cuerpo en Valdemoros. "Siempre conoces a gente que te informa en un momento determinado sobre cualquier incidencia que ocurre por la zona. Me dijeron que habían visto un tema raro y a continuación vi una serie de vehículos que estaban haciendo movimientos sospechosos. Contacté con la Comandancia de Cádiz y ahí me dijeron que había tenido lugar este suceso".
Siguió comentando el agente que la Guardia Civil coordina "tanto a los que estamos de servicio como a los que no lo estamos. Siempre nos consideramos de servicio. Lo llevamos dentro. Sí que es verdad que al conocer esto pues la casualidad quiso que uno de los vehículos se me cruzara cuando iba conduciendo por la autopista. Lo que hice fue ir informando a los compañeros que estaban en el dispositivo".
El guardia explica que tenía la información de la matrícula de dos vehículos, el de la furgoneta y el turismo extranjero. "El que pude ver fue uno de ellos, un turismo de matrícula extranjera. Hizo maniobras en dirección Sevilla, pero luego tuve conocimiento de que cogieron la furgoneta en Sevilla y se produjeron las detenciones".
Al preguntarle cómo se siente al haber llevado a cabo esta acción no estando de servicio indicó que "nosotros siempre estamos de servicio. No es sólo hacer tu horario normal, sino que uno se siente guardia civil estando de servicio y no, siempre, te ves en la obligación moral de actuar en una situación así".
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