Cádiz se sitúa ya en el quinto puesto provincial con mayor descenso de natalidad en el acumulado del año, con una cifra cercana al 18% a la baja respecto a los datos de 2019, antes de la pandemia. A la vez, la provincia cerró 2021 con un aumento de la población de apenas 600 habitantes, el crecimiento más bajo en décadas y muy lejos, por ejemplo, de los 20.000 habitantes que se han añadido al censo de Málaga en apenas doce meses.

Todos estos datos aportados por el INE, provisionales en el caso de las cifras de 2021, indican que la provincia comienza a meterse de lleno en la crisis de natalidad que ya afronta otras zonas del país. No se prevé a corto plazo un crecimiento negativo, pero sí la ralentización del aumento de la población, que aún nos sitúa entre las ocho provincias con más habitantes del país.

En 2020 la tasa de natalidad por 1.000 habitantes se situaba en la provincia en 7,26, dos puntos por debajo en apenas cinco años y cuatro desde el inicio de este siglo. Esta tasa comenzó a desplomarse a finales de la década de los setenta, cuando se rozó la tasa de 25 por cada 1.000 habitantes, teniendo en cuenta que ya había pasado el boom de natalidad de la década de los sesenta, cuando el crecimiento económico se disparó en el conjunto del país.

La reducción de la natalidad ha ido pareja al aumento de la edad media de las mujeres que tienen su primer hijo. Así, en 2020 la mujer primeriza en la provincia tenía 30,4 años de edad. A principios de siglo la edad bajaba a los 27,7 y a mediados de la década de los setenta se era madre por primera vez muy joven con 24,8 años.

Este aumento de la edad se ha debido a una entrada masiva de la mujer en el mercado de trabajo, ejerciendo por ello sus derechos. Cada vez hay más universitarias que quieren mantener una carrera profesional propia.

A la vez, la crisis económica que ha sido especialmente dura en la provincia de Cádiz en diversos periodos desde finales de los años setenta, y con especial relevancia en las últimas dos décadas, también ha reducido el número de hijos por unidad familiar.

Si esta situación ya supone una reducción de la población, o por lo menos limita su crecimiento, tampoco ayuda el limitado número de ciudadanos extranjeros que residen en la provincia. Apenas supone el 3% de la población, frente al 11,6% de la media nacional.

De esta forma, en apenas trece años el padrón de la provincia apenas ha aumentado en 46.000 personas, desde que en 2008 se superó la cifra de 1,2 millones de vecinos.