La cadena mallorquina BQ se hace con la gestión del hotel Tartessus

La cadena mallorquina BQ Hoteles es la nueva encargada de la gestión del apartahotel Tartessus, en el Novo Sancti Petri, en el que es su segundo proyecto en Andalucía y el primero exclusivamente el régimen de management (dirección del negocio). La empresa fue elegida en abril para hacerse cargo del hotel chiclanero por la administración concursal de Omega Royal States, la anterior gestora del Tartessus, que está en concurso voluntario de acreedores desde noviembre de 2010. El cambio de gestión, al igual que el concurso de acreedores, no afecta a la actividad del alojamiento, que sigue recibiendo a sus clientes y funcionando con normalidad. El hotel pasa a llamarse BQ Sancti Petri.

La firma mallorquina tiene once establecimientos (además de la nueva incorporación): ocho en Mallorca, uno en Málaga y dos en la República Dominicana. Todos son inmuebles en propiedad, según apuntó Andrés Guerrero, director comercial y de explotación de BQ Hoteles en Andalucía. Guerrero explicó que la empresa tuvo conocimiento hace unos meses de la oportunidad de gestionar el apartahotel Tartessus y que su propuesta fue elegida por la administración del negocio entre varias ofertas presentadas.

"El hotel está ahora en una fase de reestructuración, adaptándose a una crisis turística que es mundial y que Chiclana también está sufriendo, con una estacionalidad muy marcada debido a la falta de vuelos internacionales en Jerez y de clientes extranjeros en los meses de temporada baja. La línea comercial que intentamos seguir es precisamente atraer a ese turismo extranjero, puesto que la previsión de ocupación para los meses de verano es muy buena", analizó el directivo jerezano.

El apartahotel Tartessus fue inaugurado en 2005 en la Loma de Sancti Petri. Está situado a unos 900 metros de la playa, tiene una categoría de cuatro estrellas y cuenta con 275 apartamentos. La plantilla ha quedado reducida a alrededor de 40 personas en temporada baja, cifra que se duplica en semanas de plena ocupación.

La propiedad del inmueble está repartida entre más de cien particulares y sociedades. Los inversores tienen unidades inmobiliarias en el complejo que ceden obligatoriamente en explotación al apartahotel, tal y como exige la ley. A cambio, estos propietarios reciben una rentabilidad que en el caso del Tartessus se cifraba, antes del concurso de acreedores, en unos 6.000 euros anuales.

La empresa Omega Royal States gestionó el negocio de forma íntegra desde su apertura pero, en 2010, se declaró en concurso voluntario de acreedores (antigua suspensión de pagos) al no ser capaz de pagar los 1,7 millones de euros en los que estaba cifrado entonces el pago del alquiler anual a la propiedad del edificio. Los gestores argumentaron que era imposible hacer frente a un montante tan alto en un contexto de caída de la ocupación los precios y la facturación a causa de la crisis económica.

El hotel ha funcionado con total normalidad desde la declaración de este concurso de acreedores bajo la dirección de Alberto Oneto, que mantiene su puesto con los nuevos gestores. Este año, el Tartessus ha cerrado por primera vez en temporada baja. Su director ha alertado sobre la complicada situación de la costa chiclanera, condenada a ser un destino cada vez más estacional.