Benalup sin Sidonia, el triunfo de la Fuenteovejuna jandeña
Historias de Cádiz-Herzegovina | Capítulo 45
Políticos y votantes de todos los partidos se olvidaron de sus ideologías para formar en Benalup una candidatura unitaria que ganó las elecciones en Medina en 1987 y agilizó la segregación
El PSOE expedientó a Cabaña y a otros tres concejales socialistas de la CUB, pero jamás les expulsó
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Lope de Vega tendría que haber nacido cuatro siglos después. Si así lo hubiera hecho habría tenido la oportunidad de componer una tragicomedia similar a Fuenteovejuna, con la misma carga dramática, con una tensión parecida, pero con un desarrollo mucho menos sanguinolento. Y si la obra teatral más reconocida del principal dramaturgo del Siglo de Oro español se centró en la localidad cordobesa de Fuente Obejuna –curioso, la obra de teatro se suele escribir con una sola palabra y con un v y la población con dos palabras y con b–, en el tramo final del siglo XX Lope habría encontrado en el corazón de la provincia de Cádiz, en concreto en la comarca de La Janda, argumentos de sobra para contar una historia que también atrajera desde la apertura de cortinas.
El nudo de Fuenteovejuna es de una carga social y reivindicativa total, con un pueblo que acaba con el comendador mayor de la Orden de Calatrava tras un denigrante acto de feudalismo por parte de éste y sin que los jueces pudieran descubrir jamás al verdadero culpable: “Fuenteovejuna lo hizo”, repetía un vecino tras otro cuando eran inquiridos al respecto. En La Janda también se unió un pueblo para, dejando las ideologías a un lado y afortunadamente sin atisbo alguno de violencia, conseguir un sueño perseguido durante muchas décadas: la independencia de lo que primero fue Casas Viejas, luego Benalup de Sidonia, más tarde Benalup a secas y hoy Benalup-Casas Viejas.
En la localidad benalupense nadie habló jamás de independencia. Allí el término que se usó siempre fue el de segregación. Sí, desde siempre, porque hay historiadores que afirman que el primer documento pro segregación data de 1841.
El ansia por separarse de Medina Sidonia siempre estuvo en la mentalidad de los benalupenses. Algún intento hicieron durante la dictadura de Franco pero sin la fuerza que, por ejemplo, sí permitió la independencia de Barbate del que era su ayuntamiento matriz, Vejer.
Hay quien dice que los sucesos de Casas Viejas –el levantamiento anarquista contra el Gobierno de la Segunda República que dejó 31 muertos en el pueblo en 1933– alejó cualquier opción de que Franco mirara con un mínimo de interés la propuesta de segregación de Benalup, aunque nada atestigua esta afirmación. De lo que sí hay constancia es de que en agosto de 1953 ya se trasladó al Ayuntamiento de Medina una primera petición formal para impulsar la segregación de lo que entonces era Benalup de Sidonia. El argumento principal de esta petición estaba sustentado en el crecimiento de habitantes que venía experimentando la población benalupense, pero en la votación final ganó el no.
No es hasta que llega la democracia cuando Benalup empieza a ver la luz al final del túnel. Y es en el segundo mandato de los ayuntamientos democráticos (1983-1987) cuando se empieza a sembrar en serio la semilla de esa libertad.
Antes, en 1977, se creó la primera comisión pro independencia en el pueblo, y en julio de 1982 se inició el expediente de segregación en el Ayuntamiento de de Medina. Otro paso importante fue en agosto de 1983, cuando se formalizó una primera petición a la Diputación para que esta institución provincial iniciara el trámite administrativo que desembocara en su segregación. La propuesta no salió adelante pero la masiva recogida de firmas demostró con una firmeza absoluta que los benalupenses querían de una vez empezar a caminar solos.
Pero cuando realmente todo empezó a cambiar fue en agosto de 1985. En ese año el PSOE gobernaba en el Ayuntamiento asidonense con una mayoría absoluta abrumadora, con 15 de 17 concejales. El alcalde era Agustín de la Flor –que llegó al cargo en octubre de 1981– cuando de repente, y rompiendo la disciplina de partido, los ediles socialistas que eran de Benalup –con el alcalde pedáneo, Francisco González Cabaña, al frente– se unieron para convocar un pleno para aprobar de una vez la segregación.
Ahí todo estalló. En Medina se creó una plataforma vecinal que curiosamente no se oponía a darle la libertad a Benalup pero que sí estaba dispuesta a evitar que sus vecinos de al lado se llevaran casi 20.000 hectáreas del municipio, como pretendían. Y esta plataforma reventó el pleno, que tuvo que ser suspendido sin que el alcalde y los concejales pudieran abandonar el Ayuntamiento hasta varias horas después. Y luego en la calle, más insultos y abucheos y el alcalde y algunos ediles benalupenses teniendo que ser escoltados por la Guardia Civil.
La posterior denuncia por retención ilegal contra los promotores de aquella bronca –entre los que estaban Juan Cornejo y Mariano Maestu, que luego serían alcaldes de Medina– quedó con el tiempo en nada. Pero lo que sí creció fue el sentimiento de la sociedad benalupense de que había que dar un paso más desde el ámbito político. Y eso ocurrió en 1986.
A un año de unas nuevas elecciones municipales nacía la Candidatura Unitaria de Benalup (CUB). En ella se reunían políticos y vecinos de todos los colores que optaron por dejar a un lado sus ideologías en pro de su pueblo. Como en Fuenteovejuna, todos a una. La mayoría eran socialistas, es verdad, pero también había gente del PCE, del PA, de AP y del CDS. Y su programa electoral sólo incluía un punto: la segregación de Benalup. Lo demás no interesaba.
Esta conjunción jamás se había vivido ni se ha vuelto a vivir en esta provincia. Pero lo mejor fue que la CUB terminó ganando esas elecciones de 1987 en Medina. La noche electoral la victoria se la llevó por apenas dos votos el PSOE que ya lideraba Juan Cornejo, los dos partidos empataban a siete concejales, pero la Justicia terminó aceptando la reclamación de la CUB, que pedía la anulación de tres votos para el PSOE con tachones. La CUB ganaba esos comicios por un solo voto, pero Cabaña rechazó de plano la opción de convertirse en alcalde de Medina. Lógico, porque no lo habría entendido nadie, ni en un lado ni en el otro. Pero le dio un bofetón sin manos al PSOE local al mantener en la Alcaldía a Agustín de la Flor, que a esas elecciones de 1987 se presentó liderando la candidaturas del Grupo Independiente Asidonense (GIA), obteniendo apenas dos ediles. Las direcciones regional y provincial del PSOE anunciaban a bombo y platillo la expulsión inminente de los cuatro concejales de la CUB que eran al mismo tiempo militantes socialistas, pero eso nunca se produjo.
La CUB apoyaba a De la Flor con el compromiso de que en cinco meses tenía que hacer visible el impulso a la segregación. Pero al no haber avances, rompieron con el alcalde, que terminó renunciando al cargo ante el desgobierno que empezaba a haber en Medina. Y la catarsis llegó el 16 de noviembre de 1987, cuando Juan Cornejo llegó a la Alcaldía de Medina con el apoyo de los siete concejales del PSOE, los dos del GIA y los cuatro ediles socialistas de la CUB. Hubo tres abstenciones por parte de los concejales independientes de la Candidatura Unitaria de Benalup, y se ausentó el edil del CDS.
Ahí todo empezó a desenredarse, con el Ayuntamiento de Medina apoyando la segregación pero sin ceder un centímetro en la defensa de su término, con la Diputación presidida primero por Alfonso Perales y luego por Jesús Ruiz agilizando el proceso administrativo, y con la Junta de Andalucía de Manuel Chaves rubricando finalmente el 20 de marzo de 1991 el decreto de la independencia de Benalup, que se desprendía ahí de su topónimo de Sidonia y que se convertía en el municipio número 43 de la provincia.
La sociedad benalupense veía cumplido al fin su sueño de ser libre pero es cierto que lo hacía con un sabor agridulce, sobre todo tras ver que su término municipal quedaba reducido a menos de 6.000 hectáreas, apenas una tercera parte de lo que pedían. Y aunque pelearon hasta la última instancia judicial posible por ganar más suelo, al final el Tribunal Supremo rechazó esa opción.
Una cosa que llama la atención es que este proceso de segregación no le hizo ni un solo rasguño al PSOE, que en las elecciones municipales de ese mismo 1991 consiguió sendas mayorías absolutísimas en Medina y en Benalup, con Cornejo y Cabaña –ya reintegrado al cien por cien en el PSOE– al frente de sus respectivas alcaldías.
Cada mes de marzo el pueblo hoy rebautizado como Benalup-Casas Viejas celebra a lo grande aquella libertad tan peleada. Fue hace 34 años y fue el triunfo de la Fuenteovejuna jandeña. ¿De quién fue el mérito? Benalup lo hizo.
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