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Provincia de Cádiz

El otro 'arca de Noé'

  • La laboriosa vida de Mercedes Páez Morilla entre más de doscientos animales, la mayoría de ellos abandonados o maltratados · Ninguno va a ser sacrificado: morirán de muerte natural, vejez o de una enfermedad

 Faltan apenas dos semanas para el verano y hace un calor de diablos hoy en la campiña jerezana. A  los León Páez no les afecta. Después de ocho años en el campo, uno se adapta. Veamos: Mercedes proviene, de padre, de los conocidos Páez, los del vinagre. Antonio, el 'rey del vinagre', un hombre superactivo, sigue enseñoreando su dominio en Arcos. Tuvo nueve hijos: siete hembras y dos varones. La vida de unos y otros se diversificó. Mercedes, 'Cherry', es quien nos interesa. Mercedes creció y casó con Juan Manuel León, a quien le dio dos hijos: Marcos y Pablo. Bueno, le dio dos hijos y, con el tiempo, hasta cerca de doscientos más que permanecen bien alimentados y cuidados en un campito de tres aranzadas que el matrimonio comparte a las afueras de Jerez. Mentira: En su casa del centro de Jerez también hay más de cuarenta mascotas. Hay perros y gatos, un loro catalán que pronuncia la 'r' a la perfección y hasta un cerdo vietnamita. En la familia Páez  hay siempre un binomio: Vinos y  animales; también  el campo o la ciudad. Y campo y ciudad es lo que hacen  los León Páez.

Miramos atrás: La culpa de toda esta historia fue de Juan Manuel. Cuando Mercedes tenía unos dieciséis años, Juan Manuel le regaló un dálmata. Entonces, poco a poco, creció el amor de Mercedes por los animales. Tanto fue ese apasionamiento que acabó rodeada de ellos, día y noche. 

¿Qué hace ahora Mercedes? La buena de Mercedes, una mujer dicharachera, que habla atropellamadamente, pero divertida, muy divertida, una cachonda mental, sigue dedicada a sus animales. Sin hora alguna. Cada día, el matrimonio acude al antiguo campito familiar, cerca de Las Tablas, donde atienden a los cerca de doscientos animales entre caballos, pájaros de todo tipo, patos, perros, palomos, gallinas, yeguas y hasta un pavo, "un pavo de cuatro años que fue, seguramente, el único que se salvó esta Navidad. Mi marido se lo trajo de Sanlúcar" después de pagárselo a un 'enganchado'. Todos tienen su nombre y todos arrastran un pasado. Y hubo una época que había hasta tres borregos. Pero ahora, una de las 'niñas' de sus ojos se llama 'Felicidad', una pony hembra que ha llegado al albergue. Mercedes guarda en su memoria cómo llegaron allí uno y otro, que si lo encontraron abandonado, que si lo compraron, que si era de un amigo de sus hijos que tuvieron que deshacerse de la mascota, que si llegaron hambrientos hasta la puerta, que si a este otro lo tiraron por encima de la valla... "Me gusta ayudar, colaborar con quien no tiene. No hace falta que me lo digas, porque eso es lo vergonzante; yo te lo veo en tus ojos. Entré pobre y saldré pobre".

El campillo es un  maremagnum de animales y el trabajo es duro, muy duro. Sólo en dar  de comer a los animales hay que invertir unas cinco horas y su mantenimiento no es precisamente barato. 

Dice Mercedes que en el campito siempre hay trabajo, mucho sacrificio, pero también mucho amor y cariño. Una cosa hay segura: ninguno será sacrificado. Y lo de adoptar algún animal, nanai de la China. Fallecerá de muerte natural, de vejez o de cualquier enfermedad y eso no es normal. A 'Cherry' le incomoda hablar de esto. No entiende la muerte masiva de perros y mascotas que se practica en algunas perreras. "Si no hubiera tantos perros abandonados, no habría tantos en las perreras, pero si necesitan más ayuda, que las pidan. No estoy de acuerdo con que se maten a tantos animales de la misma manera que mataban a las personas en la época nazi. No entiendo una actitud así en esta sociedad. Debemos entre todos a aprender a amar a los animales o, al menos, no maltratarlos". 

En el campito de Mercedes y Juan Manuel sigue cayendo un sol del diablo. Una pequeñísima casa rural bien apañada permite guarecerse del calor. Allí siguen, día a día y sin descanso,'Cherry' y su marido, 'sentados' en la mesa para comer con sus doscientos animales. 

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