Provincia de Cádiz

Todo listo en las almadrabas gaditanas para iniciar la campaña de capturas de atún

Un momento de la primera levantá de atunes del pasado año en la almadraba de Barbate.

Un momento de la primera levantá de atunes del pasado año en la almadraba de Barbate. / Miguel Gómez

Las almadrabas gaditanas ya esperan con sus brazos abiertos a los atunes rojos salvajes. Los laberintos milenarios formados por redes y anclas llevan semanas calándose en las costas cercanas a Barbate, Conil, Zahara y Tarifa para que un adelanto de la migración no les haga perder a los primeros ejemplares, los más rápidos, los más grandes, los más demandados por su grasa.

Los almadraberos gaditanos llevan años observando cómo los túnidos adelantan cada vez más su viaje desde las frías aguas del Atlántico al Mediterráneo para aparearse y perpetuar una especie que lleva siglos regando de riquezas a la provincia. El pasado año comenzaron a verse entre el 15 y el 20 de abril; en 2022, entre el 20 y el 25, y un año antes, durante la primera semana de mayo. La explicación científica a esta conducta no está del todo clara. Unos hablan de que esta variación en sus hábitos ancestrales podría estar provocada por la subida en la temperatura del mar, otros que es sobre todo por culpa del cambio climático, que se deja sentir en las corrientes oceánicas. El caso es que las almadrabas gaditanas, que antes nunca iniciaban el periodo de capturas antes de los últimos días de abril, están ya terminando de calar las redes en el mar.

Las cuatro mantienen este año la misma cuota que en 2023, es decir, un total de 1.643,167 toneladas. El reparto será también idéntico:#la de Barbate dispondrá de 454,124 toneladas; la de Conil, 426,325; Zahara de los Atunes tendrá de 413,264 y, por último, Tarifa, la más pequeña de las cuatro, podrá capturar 349,454.

No obstante, y como suele hacer desde hace muchos años, la almadraba barbateña ha llegado a acuerdos con la flota vasca y cántabra para comprar su cuota, lo que hará que disponga de unas mil toneladas, aunque la cifra concreta no se conocerá hasta que la Secretaría de Pesca dé su visto bueno a la operación.

Pedro Muñoz, consejero delegado de Petaca Chico, empresa que tiene la concesión de la almadraba de Barbate, comentó ayer que las previsiones para esta campaña son buenas, aunque alertó que el mercado asiático “ha bajado muchísimo en todos los aspectos, hay un gran stock acumulado”. Esto es malo para los intereses de las almadrabas de la provincia, que tienen en países como Japón uno de sus principales mercados. Allí el atún rojo salvaje de almadraba está considerado el mejor de todo el planeta.

Muñoz relató que, a pesar del mal tiempo de las últimas semanas, han podido prácticamente culminar el laborioso proceso de montaje de la almadraba. “A día de hoy están terminando de calar las redes. Ya hay terminados dos o tres tramos y vamos avanzando. Estamos haciendo un pequeño esfuerzo para tenerla perfecta por si los atunes se adelantan, como ha ocurrido en los últimos años. No podemos permitirnos que los más grandes pasen hacia el Estrecho y no estén las redes dispuestas”, dice.

La almadraba de Barbate ha vuelto a llegar a acuerdos con las flotas vasca y cántabra para adquirir su cuota de atún

Algunos atunes se pegan más a la costa y por eso se encuentran en su camino con las redes de la rabera de fuera, que sirve de embudo y les hace ir adentrándose en las sucesivas partes de que consta la almadraba: cámara, buche, bordonal y, por último, el copo, cuyas redes no están ancladas al fondo marino sino que se levantan, permitiendo que los hombres ranas se puedan lanzar para realizar un certero disparo en el centro de sus poderosas cabezas a los atunes y sacrificarlos instantáneamente, de la manera menos estresante y dolorosa, evitando así que su carne se endurezca.

Los atunes que se capturan en las almadrabas gaditanas son ejemplares maduros, que ya han cumplido su ciclo vital y reproductivo, algunos de ellos con más de 20 años de edad. Mientras que los atunes que se pescan en el Cantábrico son más jóvenes, pesan menos y por tanto es necesario sacrificar más para alcanzar la cuota de pesca establecida. Por ello no se entiende que no se favorezca con más toneladas a las cuatro almadrabas de Cádiz y se las obligue a tener que comprar derecho de cuota.

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