Las almadrabas gaditanas mantendrán una cuota de pesca de atún rojo salvaje para 2024 idéntica a la que han podido disfrutar esta campaña. La reunión anual de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT), celebrada en El Cairo (Egipto) el pasado fin de semana, ha decidido mantener y consolidar el 10% de aumento que se produjo el año pasado y que se tradujo en 691 toneladas. Ya entonces, en el encuentro de 2022, se acordó sostener esa subida durante tres años, por lo que, a pesar de la recuperación total del stock de la especie y de las reclamaciones del sector, no parece que vayan a producirse sorpresas en este ámbito y las almadrabas de la provincia tendrán que conformarse con la asignación que recibieron en 2023.

Así pues, las cuatro tendrán un total de 1.643,167 toneladas. El reparto será como el del año pasado, es decir, la de Barbate dispondrá de 454,124 toneladas; la de Conil, 426,325; Zahara de los Atunes tendrá de 413,264 y, por último, Tarifa, la más pequeña de las cuatro, podrá capturar 349,454.

La postura del ICCAT sigue suponiendo un dique infranqueable para las aspiraciones de los almadraberos, que llevan años reclamando una subida notable en el TAC (Total Asumible de Capturas). Porque la cuestión es que el atún rojo salvaje vuelve a exhibir músculo, con miles de ejemplares migrando hacia el Mediterráneo para reproducirse.

En 2022 la cuota para el sector del atún rojo en Cádiz fue de 1.475 toneladas, es decir que la subida fue de sólo 168 toneladas. Muy por debajo de lo esperado y de lo solicitado, ya que el sector del atún rojo reclamaba al ICCAT una subida en torno al 20%.

España va a disponer durante 2024 una cuota de atún rojo de aproximadamente 6.783 toneladas.

En la penúltima reunión sectorial del ICCAT celebrada hace un año en Portugal se acordó pasar de las 36.000 toneladas del año anterior a las 40.570 para los tres próximos años, de las que 6.784 serían para la flota española, quedando la cuota anual para la Unión Europa (UE) en 21.503 toneladas, 2.043 más que en 2022.

Desde el sector almadrabero se considera "injusto" que una vez que el sector se va recuperando se premie cada vez con más toneladas a las flotas del Estrecho o de Canarias, sin tener en consideración que fueron los almadraberos gaditanos quienes más sufrieron los momentos más duros de la crisis. Los responsables y trabajadores de almadrabas como la de Barbate, que históricamente ha sido buque insignia del pueblo, recuerdan que durante los primeros años del nuevo milenio tuvieron que pasar severas dificultades para mantener las redes caladas. Es más, en los años más duros, 2008 y 2009, las cuatro almadrabas gaditanas llegaron a quedarse con una cuota que no llegaba a las 700 toneladas, lo que puso en serio peligro su supervivencia.

Una vez más, al no aumentarse la cuota de pesca de atún rojo salvaje, almadrabas como la de Barbate se verán obligadas a comprar a precio de oro el derecho de captura a otras pesquerías, como la vasca o la cántabra, que le permite, eso sí, alcanzar hasta las 1.000 toneladas. La cuestión es que los atunes que se capturan en las aguas gaditanas son ejemplares maduros, que ya han cumplido su ciclo vital y reproductivo, algunos de ellos con más de 20 años de edad. Mientras que los atunes que se cogen en el Cantábrico son más jóvenes, pesan menos y por tanto es necesario sacrificar más para alcanzar la cuota de pesca establecida.