Street food, con su poquito de chicharrones

Abre en Rota Capicúa, un original establecimiento que une el fenómeno de la comida callejera más internacional con los productos de la provincia y las carnes a la parrilla

23 de septiembre 2016 - 05:01

Rota está viviendo un curioso fenómeno y es la apertura de establecimientos pensados para la cada día más numerosa comunidad americana asentada en la zona en torno a la base militar. Sin embargo, Capicúa da un paso adelante más y es tratar de ofrecer una oferta atractiva para esta comunidad pero con la inclusión de elementos locales y también la intención de ser también atractivos para el público español. La forma de conseguirlo, una carta basada en tres elementos, la comida divertida, la fusión de culturas y la constante utilización de productos locales, aunque como ingredientes de platos internacionales.

Un ejemplo de esto puede ser uno de sus platos, el 'burrito' (7,97 euros), una de las banderas de la comida mejicana callejera. En este país es muy común que la gente compre productos en puestos callejeros y se los coma mientras pasea, como aquí hacemos con las papas fritas, pero con más contundencia. El burrito es una torta de harina que se tuesta ligeramente en la plancha y se rellena. Luego se envuelve y se come como un bocadillo… aunque con la propuesta mejicana hay que tener más cuidado con los manchotes.

El burrito es un producto muy consumido en Estados Unidos y en España la comida mejicana es una de las cocinas de moda. La versión de Capicúa conserva la tortita de maíz enrollada pero luego su interior está profundamente 'gaditanizado'. Las tiras de carne son de chicharrones que se mezclan, en vez de con la típica salsa picante, con una salsa parecida, la roteña, una mezcla de pimientos, cebollas y tomates que se utiliza para guarnecer a la urta, pero que así sirve de relleno. Para completar el plato se pone una capa de queso, Cheddar en este caso, pero versionado por la quesería local de El Bucarito, una empresa familiar y artesanal que, además de hacer los quesos tradicionales de la zona, versiona especialidades internacionales con bastante acierto.

Capicúa abrió el 15 de julio en la plaza de Las Canteras, una zona que se ha animado mucho gastronómicamente en los últimos años. Han remodelado el antiguo bar gallego y le han dado un toque moderno, cálido a la vez que luminoso y con una terraza con su toque romanticón logrado con una decoración a base de troncos de madera en las paredes y ramas que cuelgan de un techo abatible. Unas pajareras hacen de luces. La terraza se ha decorado como si fuera un jardín. Hay además un salón interior, donde está también situada la barra.

El madrileño Víctor Nieto y el roteño Ignacio Lobato pretenden repetir aquí el éxito que han tenido con el primer bar que abrieron en Rota, Utopía, situado a pocos metros de Capicúa, en la avenida de San Fernando y uno de los pioneros en la zona en ofrecer comida innovadora. Con Capicúa, un local más grande, van un poco más allá. Mientras el primero se orienta más a tapas, aquí han optado por la fórmula del restaurante. Para la cocina han fichado a Luis Rus, un cocinero formado en la prestigiosa escuela de la Taberna del Alabardero de Sevilla y que conoce también la cocina de Estados Unidos ya que ha estado trabajando en Nueva York.

La carta de Capicúa tiene un tono divertido. El primer detalle es que todos los precios son 'capicúa'. Hay versión de la ensalada César (6,86 euros), una especialidad muy versionada en la provincia ultimamtente, otra muy original con bolas de queso empanadas y jamón crujiente o una especial para vegetarianos con toques tropicales como el aguacate, una vinagreta de mango o pico de gallo (la versión hispanoamericana de la piriñaca) como aderezo.

Las llamadas a la cocina típica americana son constantes, aunque siempre con guiños divertidos y toques diferentes. Hay nachos (7,37), los típicos triángulos de maíz frito, que se acompañan de varios tipos de queso, guacamole, el pico de gallo y cochinita pibil, un guiso mejicano a base de cochino muy condimentado. No faltan tampoco las patatas gajo (5,65) o unas patatas asadas (8,38) que llevan varios toques sibaritas como una terminación a la parrilla. No van rellenas sino acompañadas con un poco de foie a la plancha y un huevo frito. Además del burrito tienen también 'wanton', una versión oriental de las empanadillas. Van rellenas de carrillá (otro guiño local) y se acompañan de fideos de arroz y verduritas.

No faltan las hamburguesas (8,38), aunque con toque gourmet. Las hacen ellos mismos. Una lleva un toque picante con los famosos pimientos 'habaneros' y otra cebolla confitada. El guiño más divertido de la carta está en el 'fish & chips', un plato muy popular en el Reino Unido y que combina pescado rebozado con patatas fritas. La versión de Capicúa incluye la urta como pescado rebozado y acompañan las frituras con un alioli de ajo negro.

El apartado de carnes a la parrilla es el más amplio de la carta. Hay un steak tartar (6,86), un clásico que hacen con solomillo de retinto. La carne cruda aliñada la acompañan con un helado de mostaza, que les elabora la heladería roteña Margarita La Fresca y unos trozos de pan de pita crujientes.

Hay también pato, brochetas de pollo al whisky, buey, carne argentina o chuletón de retinto de 600 gramos (19,91), además de presa ibérica. La guarnición puede ser de patatas gajo, unos calabacines a la carbonara o fideos de arroz.

La parte pescadera se limita a un bacalao confitado sobre una salsa roteña y un parmentier de calabaza (8,48), otro producto típico de la ciudad y un tataki de atún. Tienen un apartado especial para niños con gallo empanado o una minihamburguesa y tres tipos de tartas (3,53) que sirven como postre y que vienen de otra empresa local, la panificadora San Antonio.

La carta de vinos también está muy cuidada con algunas etiquetas locales como el Garum y el Samaruco de Luis Pérez o el tinto de Forlong. También tienen Estero Blanco de Williams Humbert y la manzanilla en rama de La Goya de Delgado Zuleta. Algunos de ellos se sirven también por copas.

stats