La necesidad agudiza el ingenio es una máxima que cualquiera ha podido recordarse a sí mismo para superar situaciones adversas en su vida.

Y si esas situaciones de necesidad afectan a los hijos o a los seres queridos más cercanos, nuestra mente puede llegar a discurrir hasta un nivel insospechado para nosotros. Muchas veces no se trata de idear un invento 'historiado', simplemente es buscar otra aplicación a algo que ya existe y que está al alcance de todos.

Esto fue precisamente lo que le ocurrió a José Antonio López Estera, un portuense con un hijo con parálisis cerebral. A él, un problema de cadera le impedía empujar la silla de ruedas de su hijo así que ideó un artilugio que le permite pasear con más facilidad.

En un primer momento, pensó en usar un patinete eléctrico tipo Hoverboard sobre el que colocar la silla de ruedas, pero resultaba imposible. Con ayuda de un amigo ingeniero, Pablo Carrasco, idearon unas varas con estribos (Aidwheels) que se enganchan tanto al patinete como a la silla, haciendo que ésta última se deslice más fácilmente, sin necesidad de realizar un gran esfuerzo porque también es un medio de transporte para la persona que lo lleva. Y la solución funciona de maravilla.

El artilugio es desmontable y permite enganchar diferentes sillas de ruedas, es fácil de manejar y no es necesario poseer especiales habilidades de equilibrio.

Los paseos ahora del hijo de López Estera son más estimulantes, atractivos y llenos de sensaciones. El menor va feliz y se siente partícipe de las actividades familiares: puede pasear al lado de sus hermanas cuando ellas montan en bicicleta, puede subir cuestas con más facilidad, puede acceder a más sitios...

Por el momento, es un prototipo pero la idea de José Antonio y Pablo, que ya han presentado la patente, es hacer un producto económico y accesible.