Provincia de Cádiz

España y Marruecos entran en su mayor crisis desde 2002 por la ola migratoria

  • El Ejército vigila la frontera ante la incesante avalancha en Ceuta

  • Más de 8.000 inmigrantes han llegado en dos días a nado o bordeando espigones fronterizos

Soldados españoles y Cruz Roja con un inmigrante ayer en Ceuta.

Soldados españoles y Cruz Roja con un inmigrante ayer en Ceuta. / EFE

Ceuta guarda una tensa calma tras la entrada masiva de 8.000 personas desde el lunes, en una inédita situación para la ciudad autónoma, con muchos comercios cerrados y con los servicios sanitarios y de emergencia ya presionados tras más de un año de pandemia.

Decenas de agentes antidisturbios marroquíes empezaron ayer a cortar el paso a los cientos de jóvenes que seguían intentando acceder a Ceuta a través del espigón que divide los dos países.

Una reacción que llegaba más de un día después de que comenzase la entrada masiva de inmigrantes a España a través del mar, que ha supuesto el ingreso en la ciudad autónoma de unos 8.000 inmigrantes y ha obligado a desplegar al Ejército en la playa del Tarajal para contener la oleada.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pudo comprobar en persona la situación en la frontera del Tarajal, el punto por el que desde el lunes han entrado en Ceuta cerca de 8.000 personas a nado o bordeando a pie los dos espigones fronterizos con Marruecos. Unos 4.000 ya han sido devueltas, según el Ministerio del Interior.

Según ha podido comprobar Efe, las entradas de inmigrantes a nado por el espigón del Tarajal no cesaron ayer en toda la jornada, si bien se estaban produciendo en pequeños grupos formados por entre cinco y diez nadadores, cada vez más esporádicos a medida que caía la tarde con la consiguiente falta luz.

Interior informó por la tarde de que iba a aumentar la presencia de agentes y medios de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en Ceuta.

Además de un refuerzo de 200 efectivos, se van a desplegar otros 50 agentes de la Guardia Civil, y 150 agentes de las Unidades de Intervención Policial (UIP) están en alerta por si fuese necesario su traslado y despliegue en la ciudad autónoma.

A las fuerzas de seguridad hay que sumar el Ejército que se ha desplegado para proteger la frontera con Marruecos y, aunque el Ministerio de Defensa no da cifras, fuentes militares apuntan que hay destinados alrededor de 3.000 efectivos.

Al otro lado de la frontera, cientos de personas, en su gran mayoría marroquíes, seguían ayer agolpadas frente la valla de Castillejos con la intención de llegar a Ceuta.

Según pudo comprobar Efe, la actitud de la Policía marroquí (apoyada por las fuerzas auxiliares) era cambiante: unas veces permitían a los emigrantes pasar y atravesar el vallado metálico, por abajo o por arriba, mientras que otras tratan de impedirles acercarse, pero se veían superados por la multitud. Esta llegada masiva de inmigrantes en medio de la pandemia puede acarrear "un evidente riesgo de contagio" por SARS CoV-2 "debido a las aglomeraciones en lugares cerrados, limitación en las medidas de higiene y ventilación o la falta de uso de mascarillas".

Una advertencia que llega desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), que recuerda que muchas de esas miles de personas han llegado "en circunstancias de riesgo de vital", lo que está aumentado la demanda de atención médica "en unos servicios ya de por sí saturados y con escaso personal", que arrastran "un agotamiento de muchos meses provocado por la pandemia".

Ceuta ha logrado contener la pandemia y lleva tres días consecutivos sin detectar nuevos casos de coronavirus, motivo por el que ha cundido la preocupación entre los profesionales médicos.

El Sindicato Médico de Ceuta ha solicitado "urgentemente" el refuerzo sanitario, ya que se han "desbordado" los servicios de urgencias y aumenta el riesgo de propagación del Covid.

La situación también está generando una sensación de inseguridad entre los habitantes de Ceuta, razón por la cual muchos alumnos no han acudido a clase y comercios, sobre todo del centro de la ciudad, han optado por permanecer con sus persianas bajadas.

Fuentes empresariales han informado a Efe de que más de una veintena de establecimientos han decidido por no abrir sus puertas en esta jornada, en la que muchos de los menores migrantes han estado deambulando por sus calles.

La crisis está dejando historias de solidaridad en una población acostumbrada a vivir con el fenómeno migratorio, como la protagonizada un voluntario de la Cruz Roja al salvar la vida a una bebé, de tan solo tres semanas, que, en brazos de su madre, se encontraba atrapada en el tumulto de personas que estaban junto al vallado del espigón fronterizo a la espera de entrar en la ciudad.

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