Brey asegura que Pueyo lo chantajeó para que involucrase a Juan Rodríguez

Raúl Brey Ábalo, propietario del chalé de Almonte en el que permaneció secuestrado el empresario sanluqueño Rafael Ávila, desmonta en una carta la historia con la que a principios de este mes Luis Miguel Rodríguez Pueyo, principal imputado en la detención ilegal de Ávila, involucró al alcalde de Sanlúcar Juan Rodríguez, del PP, fallecido en 2006, en una serie de turbios negocios con un grupo mafiosos del Este de Europa en los que también relacionó al secuestrado.

Pueyo le contó al juez instructor que ese grupo extranjero le obligó con amenazas a raptar a Ávila porque éste se había quedado con un millón de euros y que él, el secuestrado y Juan Rodríguez trabajaban para los mafiosos blanqueando dinero. También le explicó que fue Brey quien lo puso en contacto con el alcalde. Pero ahora Brey asegura que eso es falso. Y aún más: que Pueyo lo chantajeó en prisión el pasado 1 de agosto. Que le instó a que declarase que entre él y Juan Rodríguez había acuerdos sobre calificación de terrenos.

Si aceptaba declarar eso ante el juez, asegura Brey, Pueyo le ofrecía dar un testimonio sobre él que le favoreciese; en caso contrario, si no accedía a sus pretensiones, lo involucraría aún más en el caso del secuestro de Rafael Ávila. Brey, primo del presidente del PP, Mariano Rajoy, se encuentra en prisión, como Pueyo y otros imputados, desde que el pasado junio fue detenido por el rapto de Ávila.

Las precisiones de Raúl Brey que contradicen a Luis Miguel Rodríguez Pueyo aparecen en una carta de dos páginas, escrita a mano, que el primo de Rajoy envió al juez instructor del caso, el titular del Juzgado número 4 de Sanlúcar, el pasado 11 de agosto. Dos días antes, Brey había leído en este periódico que Pueyo había involucrado al fallecido Juan Rodríguez en negocios ilícitos que, según él, habían dado lugar después al secuestro.

Brey explica en la carta que conocía a Juan Rodríguez pero que no tenía amistad con él: que conversó con el alcalde siete u ocho veces, siempre sobre Sanlúcar y política y jamás sobre negocios, y que le pareció una persona íntegra y amante de su ciudad. Brey agrega que, en contra de lo que declaró Pueyo ante el juez, nunca puso en contacto al alcalde con Pueyo. Y añade que el pasado 1 de agosto, en el módulo de ingresos de la prisión, Pueyo lo chantajeó y le instó a que declarase que entre éste y Juan Rodríguez había "acuerdos sobre calificación de terrenos".

De ese chantaje hubo un testigo. Según Brey, la conversación fue oída por José Antonio Giles, también imputado en el caso del secuestro de Ávila, a quien asegura que también chantajeó "con la misma historia pero referida a la mafia del Este".

"Puedo asegurar que nunca ha habido ningún contacto entre el señor Rodríguez Pueyo y don Juan Rodríguez. Así me lo manifestó el señor Rodríguez Pueyo", escribe en su carta al juez Brey, quien explica que pretende con su declaración dejar "limpia la memoria" del alcalde fallecido, a quien, dice, "siempre respeté y admiré".

Brey comenta en su misiva que nunca creyó que Pueyo fuese capaz de contar una "historia tan fantástica" como la que relató, aunque le dijo que pensaba involucrar a "otras personalidades políticas y financieras".